Una tromba de agua obliga a cortar el centro al tráfico e inunda cerca de treinta negocios

Una tromba de agua obliga a cortar el centro al tráfico e inunda cerca de treinta negocios
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La tromba de agua que cayó en la ciudad a las cinco de la tarde de ayer paralizó el centro y generó numerosas inundaciones, entre ellas, las de los túneles de La Marina. A cierre de esta edición no existía un recuento oficial de los daños, pero se calcula que por lo menos treinta negocios, casi todos en el centro, así como un número indeterminado de garajes resultaron anegados. Durante varias horas, Bomberos y Policía Local trabajaron para tratar de paliar los problemas generados por los más de 37 litros por metro cuadrado que cayeron en apenas media hora, entre las cinco y las cinco y media de la tarde. 
Los efectos de la tromba no hubieran sido tan graves si no fuera porque coincidieron con la pleamar, que ayer se dio a las siete menos veinte de la tarde. La marea presionó contra el alcantarillado, obligando al agua a salir al exterior, formando verdaderas piscinas que inundaron no solo sótanos, aparcamientos y túneles, sino también las propias calzadas, convirtiendo la conducción en imposible. Los coches circulaban en primera, con el peligro de quedar detenidos en cualquier momento. 
Cierre del centro  
Ante esta situación, la Policía Local no tuvo más remedio que cerrar las arterias principales del centro: el túnel de La Marina, la avenida de Linares Rivas, avenida del Ejército y plaza de A Palloza. Mientras tanto, un equipo formado por dos camiones de bomberos y un coche buscaba las zonas más afectadas por el aguacero. Muchos sótanos estaban inundados, pero en el caso de los parkings y del túnel, las bombas con las que están equipados impidió que la situación se saliera fuera de control.  A medida que se retiraba la marea, también lo hacía el agua embalsada. La mayor parte de la actividad de los servicios de emergencias se concentró entre las cinco y las seis de la tarde. A las ocho de la tarde, la mayor parte de las incidencias estaban atendidas. La última fue un transformador eléctrico en Linares Rivas donde aún se achicaba, junto con técnicos de la empresa de mantenimiento Cobra. 
Cuando los bomberos acudieron a los aparcamientos subterráneos, las bombas ya se habían ocupado de lo peor. Nada, aseguran, que no hubiera ocurrido antes, la única diferencia es que las lluvias fuertes acompañadas de marea alta son más habituales en invierno, y en esta ocasión, ha tocado en verano. Los coruñeses no podían dejar de observar sus calles convertidas en ríos como si fuera algo nuevo.

Una tromba de agua obliga a cortar el centro al tráfico e inunda cerca de treinta negocios

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