El presidente de la polémica comunidad de Novo Mesoiro denuncia que está amenazado

El presidente de la polémica comunidad de Novo Mesoiro denuncia que está amenazado
22 marzo 2016 / 04 noviembre 2017 página 3 A Coruña.- La comunidad con okupas de la calle Ribeira Sacra, en Mesoiro adeuda 21000 euros en agua

Hace años que la comunidad de los números 15, 17, 19 y 21 de la calle Ribeira Sacra, en Novo Mesoiro, sufre problemas de convivencia desde hace años, pero la semana pasada sufrió una nueva vuelta de tuerca cuando el presidente de la comunidad, Javier Mañana, denunció haber recibido amenazas por parte de uno de sus vecinos que, a su vez, está denunciado como sospechoso de haber participado en el robo del cable de cobre de la toma de tierra del pararrayos. 
El robo había tenido lugar en febrero de este mismo año: los responsables de la comunidad descubrieron que alguien había sustraído cuarenta metros de cable de cobre del pararrayos, dejando al edificio indefenso ante una tormenta eléctrica. No era la primera vez que la comunidad sufría robos. De hecho, estos son tan habituales, sobre todo en los trasteros, que se habían instalado en los garajes varias cámaras de seguridad. 
Después de consultar las grabaciones, vieron como el sospechoso (un inquilino de la Xunta), en compañía de otros dos individuos, tapaba una de las cámaras. Sin embargo, había otras funcionando. La Policía nacional sospecha que habría sido él quien supuestamente cometió el robo. 
En la calle 
Tras declarar (y negarse a identificar a los otros dos sujetos que se veían en al cinta), el vecino sospechoso de robo se encontró  con Mañana en la calle. El presidente de la comunidad se encontraba en el interior de su vehículo, estacionado en doble fila cuando habría sido abordado por el sujeto que le habría conminado a salir. “Me dijo que saliera fuera y yo le dije que no tenía nada que hablar con él”, recuerda Mañana. Tras avisar a la Policía, el vecino cejó en su empeñó no sin advertirle que pensaba “partirle la cara” y que le iba a “poner a andar”. Poco después, llegó un coche patrulla.  
Mañana reconoce que no se siente seguro en su propia casa. “Más que nada, porque yo entro y salgo a cualquier hora y no sé si me van a golpear por detrás”, explica el responsable, que lamenta que el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) no tome cartas en asuntos que afectan a la convivencia. “El Ayuntamiento ya ha arreglado los bajos del edificio y van a instalar televisión de pantalla plana y ordenadores ¡A ver cuánto duran!”, advierte. l

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