El mensaje en las botellas de plástico

El mensaje en las botellas de plástico
La actividad más popular fue, como siempre, el acuario de especies costeras gallegas pedro puig

“Desgraciadamente, es así: hoy en día no es posible encontrar un rincón del océano libre de restos de plástico”, reconoce el director del Instituto Oceanográfico, Santiago Parra. El centro vivió ayer su jornada de puertas abiertas, en la que se invita al público a visitarlas en el Día de las Ciencias de los Océanos, y este año el acto tuvo un tinte especialmente reivindicativo, ecologista. “Se intenta cada día luchar contra los vertidos y la contaminación en el mar, pero tenemos que luchar más todavía”, asegura Parra.
Por eso, esta jornada de puertas abiertas va muy enfocada a un objetivo: “Enseñar a los chavales que una zapatilla, un resto de botella, no tiene que llegar a las playas”. Muchas de las actividades están enfocadas a los más pequeños, como un concurso de pintura, talleres de pulseras, y piedras decoradas, y reciclaje de basuras marinas. Pero el que más impacto produce es otro objeto, según Parra: “Hemos hecho una cosa terrorífica, hemos llenado un botellón de vidrio con un montón de restos que encontró el Cemma (Centro de Estudios de Mamíferos Marinos) con el estómago lleno de plástico, y restos de basura, que murió por una obstrucción intestinal”.
Es el estremecedor mensaje que lleva cualquier botella de plástico que flota en el océano, por vacía que esté. Incluso los trozos más microscópicos de plástico pueden afectar al a fauna marina. “Hasta el plancton se los come, se sabe porque se han hecho experimentos, tintándolos”, explica Parra. Otro punto importante en lo que respecta al cuidado de los mares es evitar la sobreexplotación pesquera: “Tenemos un experimento de selectividad de peces, para que le público pueda comprobar cómo el arte de pesca influye en el tamaño del pez: cuando mayor la red, mejor se dejan pasar las juveniles. Si la red es muy tupida, se impide que se regenere la vida marina”.

Gran afluencia
Durante la jornada de ayer, fueron muchos los niños, pero también adultos, los que acudieron a aprender estas cosas bajo la carpa que el Instituto había instalado a la entrada, así como en las salas de exposiciones del interior: “Estamos contentísimos, tenemos una gran afluencia de público. Nos visita mucha gente que repite de otros años”, explica el director. Y como ocurría en anteriores ediciones, la actividad favorita de los niños es el acuario de vida marina, donde se puede conocer a animales y algas de las costas gallegas: desprevenidos peces y crustáceos fueron sobados sin piedad por pequeñas manos curiosas.
“A los niños que les puedas dejar estrellar de mar, un erizo, o una mesona, que aprietas y te pinga de agua, es lo que más les gusta, pero también esta teniendo mucho éxito el concurso de dibujo”, añade Parra. Tienen que dibujar cualquier cosa relacionada con el mar, y en las jornadas tienen inspiración de sobra, porque también reprodujeron uno de sus laboratorios, con tres puestos de lupas donde se pueden observar las maravillas de un mundo que deben proteger.

El mensaje en las botellas de plástico

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