Los hosteleros coruñeses alertan de la carencia de trabajadores formados

Los hosteleros coruñeses alertan de la carencia de trabajadores formados
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El sector de la hostelería sigue siendo, junto al del comercio, el mayor sostén de puestos de empleo de la ciudad. Sin embargo, los empresarios de este ámbito están cada vez más preocupados porque no encuentran trabajadores formados para cubrir la demanda que existe y, si el año pasado ya alertaron de esta problemática, la distancia entre los puestos disponibles y los operarios en condiciones de trabajar es ahora mucho mayor. El primer aviso de las altas necesidades se vio en Semana Santa y los hosteleros tratan de conseguir más personal de cara a la campaña estival.

Como las tiendas, los bares, restaurantes y mesones también padecen la bajada del consumo que se detectó en los últimos años. En todo caso, la afección es menor, al menos en las zonas más concurridas de A Coruña, y el presidente de la Asociación  de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, advierte de que necesitan muchos profesionales con formación en hostelería para incorporarse a las plantillas, especialmente en temporada alta. 

Cañete decía en septiembre del año pasado que se habían encontrado con una peculiaridad durante el verano: los asociados “están deseando contratar pero la demanda no se cubre” porque no hay gente interesada en incorporarse al sector, ni formada ni sin formar. Pero el problema es que en paralelo al incremento de la demanda de camareros o responsables de sala –entre otros puestos– que ya se detectó la pasada Semana Santa ha ido bajando la bolsa de ciudadanos disponibles para estos trabajos. 

“Cada vez es peor”, reflexiona ahora Cañete, que reconoce que tras comprobar lo sucedido hace escasas semanas, los empresarios tienen claro que “hace falta muchísima mano de obra”. En esta ocasión se piden, especialmente, camareros y cocineros y contar con una formación es un plus dado que en los últimos años “se han perdido los aprendices”. 

Mayor “profesionalización”
El representante del sector cuenta que en un principio fue porque los jóvenes ya no querían estar en los establecimientos en pleno estío pero a ello se ha sumado la importancia de la “profesionalización del sector”. 

Por eso, la escuela que tiene la asociación ha intentado sacar el mayor número de personal a lo largo de este año y estaría encantada de recibir a más estudiantes, porque estos engrosarían una bolsa de trabajo en la que puede que apenas haya paro o que este sea estacional. 

De hecho, si hay interesados en prepararse en este mundillo, también hay institutos de Formación Profesional como el Paseo das Pontes que disponen de ciclos vinculados a distintos puestos en la hostelería. Curiosamente, esta carrera puede ser una buena apuesta de futuro a pesar de que “sigue habiendo muchos más cierres que aperturas de negocios”, solo que hay rotación de establecimientos en el centro y es en las áreas periféricas donde los bajos no suelen volver a abrir o, por lo menos, no de manera rápida. “Los resultados van por barrios: algunos trabajan bien y otros no tan bien”, comenta. 

Ejemplos los hay, como La Marina, donde el presidente de su agrupación de hosteleros, Antón Sáez, comentaba hace unas semanas en este diario que desde la peatonalización –y con el buen tiempo de este año– han notado que los días buenos son mejores que antes, igual que los días malos son peores porque no hay forma de llegar fácilmente. En la Ciudad Vieja, por no irse muy lejos, está el contrapunto, porque en general ha flojeado el negocio para todos. 

Mucha competencia y trabas
Eso es porque los locales que funcionan lo hacen muy bien. En términos globales, según Cañete, “el número de establecimientos sigue bajando y seguirá haciéndolo porque hay demasiados y cada vez tienen más trabas”. Se refiere a todas las leyes e impuestos que les dificultaron el día a día, así como a problemáticas que ha denunciado en otras ocasiones como puede ser que no se ponga coto de una vez al botellón en distintos puntos. 

Tampoco es de extrañar que la cifra caiga, teniendo en cuenta que A Coruña, Ferrol y Santiago están en tres de las cuatro primeras posiciones del país en relación al número de bares (o cafeterías y restaurantes) por habitante, y ello a pesar de los efectos sobre el sector que tuvieron la recesión económica o la ley del tabaco. 

Ahora, además de buscar empleados, los empresarios coruñeses se encuentran enfrascados en acostumbrarse al nuevo sistema para que los trabajadores fichen, con diversas dudas que trata de resolver la asociación.

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