El Gobierno completa el “Dillo ti” con la mayoría de las propuestas incumplidas

El Ayuntamiento comenzará el sábado una segunda vuelta por los distritos de la ciudad con una iniciativa “Dillo ti” que tardó dos años y medio en completar la primera, sin que apenas ninguna de las demandas vecinales cogiera forma. En Labañou, los miembros del equipo municipal aseguraron que se descentralizarían los Servicios Sociales de forma inminente con una unidad en el barrio, pero en el centro cívico solo trabajan educadores para ayudar a familias desectructuradas. Llevan haciéndolo años.
Tampoco funciona el proyecto de mediación para facilitar la convivencia en un perímetro, que se quejó hace un año y medio de la tensión vivida con ciertas minorías. Adormideras tuvo su turno en septiembre del año pasado. Allí se les avanzó que tendrían mercado en 2018 y que este funcionaría como centro neurálgico. Le darían vida y accesibilidad con una estación de Bici Coruña que todavía no llegó, según la asociación das Atochas-Monte Alto.

La rehabilitación de la plaza es una quimera, solo “cambiaron a cuberta”. Para el de Monte Alto sigue sin haber fecha y la dinamización del 15.002 “é unha declaración de intencións”, indica Raquel Olveira. En la atalaya, los ediles prometieron un eje vertebrador, lo que llamaron “Camiño do Vixía”, pero recibieron mucha oposición de los vecinos y el proyecto se ejecutó en parte con la remodelación de A Torre y una obra pequeña que supone transitar por adoquines en A Marola: “Falta a segunda fase”. En Feáns se habló de adecentar el camino de Correlo y hoy presume de nuevo firme. También se iluminó mejor y se adecuaron las canalizaciones.
No corrió la misma suerte Novo Mesoiro, que a pesar de ser recibido en octubre de 2016, de lo que se dijo nada se palpa en la actualidad. Ni se completó el corredor verde entre Ribeira Sacra y Fragas do Eume ni los vecinos pueden hacer ejercicio en las pistas que incluyeron en su lista de deseos. O Castrillón vio en plazo un parque biosaludable, en parte porque la infraestructura se dijo en la reunión, pero ya estaba aprobada en los presupuestos participativos de 2016. Sobre la pérgola que lleva reclamando Los Rosales y que formalizó en su cita de enero de 2017, nada más se supo porque el plan municipal para cubrir la plaza Elíptica no fue bien acogido y el tema está en el aire.

En diciembre de 2016, prometieron a la Ciudad Vieja que adquirirían solares vacíos para revitalizarla: “No tengo constancia”, dice el representante vecinal, Pedro Roque. En su puesta en escena, exigieron recambio de piso para Cortaduría, Nuestra Señora del Rosario y Damas que favoreciese la movilidad. Para la primera hubo un conato de actuación hasta que Patrimonio lo rechazó en octubre de 2017. Con premisas parecidas aparecieron los que duermen en Os Castros. Fue el primero de los encuentros, en enero de 2016. Ese sábado último de mes desde el Ayuntamiento hablaron de un Plan de accesibilidad de vías estrechas, “del que van haciendo según presión popular”. Esperan con premura el ascensor de la avenida de Concordia para este año porque a día de hoy “muchos tienen que desplazarse en taxi al centro de salud o a correos”.

Agra acudió hace dos veranos a un “Dillo ti”, donde les recolocaron con palabras la estatua de los Liberales que hoy sigue en el almacén municipal, junto al Molino de la Gramela, que quieren que se les devuelva reformado.
Palavea llegó a la charla de marzo de 2016 para saber la situación de una pasarela peatonal que se truncó con el plan de ampliación de Alfonso Molina. Manuel, su presidente, dice que estos días están estudiando el terreno, pero ni el vial ni una piscina en condiciones son reales. De lo segundo, la mejora de las instalaciones en Pedralonga “estaba ya aprobada con el PP. Estos no están por la labor. Lo hemos pedido ya por todos lados”.