“Félix” provocó varios daños por viento en señales de tráfico y tejados a lo largo de una tarde accidentada

“Félix” provocó varios daños por viento en señales de tráfico y tejados a lo largo de una tarde accidentada
Los bomberos acudieron a la calle Santander por dos daños en tejados | javier alborés

La alerta naranja que se decretó ayer para la costa coruñesa con la llegada del temporal “Félix” causó pocos daños en la ciudad, todas provocadas por rachas huracanadas de viento, pero sí muchos sobresaltos entre los que quisieron disfrutar pacíficamente del sábado. El viento y la lluvia se conjuraron para empapar incluso a los viandantes que habían tenido la precaución de salir con un paraguas a la calle, mientras que en el otro extremo había quien desechó cualquier precaución para bañarse en el Atlántico.
De hecho, los bomberos tuvieron que acudir a una media docena de intervenciones a lo largo de la tarde, a medida que empeoraba el tiempo: a las tres y media, los instrumentos de la estación meteorológica situada en el dique de abrigo captaban una ráfaga de 100,5 kilómetros por hora, aunque la mayor parte de las veces, el viento se mantuvo por debajo de esta cifra. En Bens, por ejemplo, la rachas más fuertes no consiguieron superar los 75 kilómetros por hora.

Incidencias
Además de para retirar señales de tráfico dañadas en tres ocasiones, los bomberos tuvieron que desplazarse a media tarde a la calle de Venezuela, en Labañou, donde el capuchón de una chimenea amenazaba con desprenderse y caer a la vía. Poco después, acudieron a Os Mallos, a la calle de Santander, donde habían advertido del desprendimiento de parte de la uralita del tejado del inmueble que ocupa el número 22 para luego acudir, en esa misma calle, a otra incidencia que se había producido en el número 26: una antena que había perdido su punta.
Además de viento, “Félix” dejó lluvia en A Coruña: no mucha, poco más de 1,2 litros por metro cuadrado, según los pluviómetros de Meteogalicia –hasta el cierre de esta edición–, pero cayó de forma irregular, en varias trombas que empaparon a los desafortunados que se encontraban en la calle en ese momento.

Rescate acuático
Por eso llama la atención el hecho de que hubiera quienes desafiaran el mal tiempo para disfrutar del mar: el caso más grave fue el de un surfista en la ría de O Burgo, que se vio atrapado en la corriente. Una llamada activó la respuesta del Grupo de Recate Acuático (GRA) de Bomberos, que acudió a Oza cuando el sujeto parecía que estaba siendo arrastrado por la corriente. Sin embargo, todo quedó en una falsa alarma, puesto que el hombre fue capaz de volver a tierra por sus propios medios. Pero desde las tres de la tarde, los arenales ya estaba cerrados en previsión de que se dieran episodios como este. Eso no disuadió al grupo de jubilados que se baña normalmente en Riazor para interrumpir su rutina, y se bañaron como cualquier día.

“Félix” provocó varios daños por viento en señales de tráfico y tejados a lo largo de una tarde accidentada

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