Los amantes de la tecnología, la robótica y la informática se reunieron ayer en su cita anual imprescindible: la Feria Oshwdem, celebrada en la Domus. En una jornada que comenzó su actividad a las 10.00 horas y la cesó a las 20.00 horas, miles de personas acudieron a la llamada de la tecnología libre y abierta.
Este es el octavo año consecutivo que la asociación Bricolabs organiza el encuentro, donde tanto niños como mayores pudieron disfrutar de exposiciones, talleres e incluso combates y competiciones de robots. Así, el museo coruñés se convirtió durante la jornada de ayer en el símbolo de la informática, con visitantes que procedían de toda España. Además, 120 creadores acudieron a la cita desde Galicia, otros puntos del territorio nacional y hasta uno procedente de la República Checa. En total, 42 proyectos diversos, con finalidades interesantes y que muestran el camino hacia una tecnología cada vez más integrada en la vida cotidiana de las personas.
Unos 120 creadores acudieron a la cita desde Galicia, otros puntos del territorio nacional y uno de la República Checa
La tecnología libre es el conjunto de conocimientos técnicos y científicos que permite desarrollar bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas y faciliten la adaptación al medio ambiente. Con esta premisa, la Domus se llenó de una amplia oferta de diseños con la finalidad de divulgar el uso de la tecnología libre.
Reutilización de motores con fines artísticos, divulgativos y educativos; diseños de sistema automatizado para riego tecnificado utilizando la humedad del suelo como variable para un uso eficiente del agua; un proyecto de e-textil que pretende ayudar a comunicarse a las personas con diversidad funcional; robots elaborados con contaminantes atmosféricos como plásticos, etc. Todo un escaparate de ideas tecnológicas que invadieron la ciudad por un día.
Jornada diversa
Las actividades más llamativas de la jornada fueron los combates y las competiciones de robots. La primera de la mañana, a las 10.30 horas, fue la competición del laberinto, en la que los robots participantes tenían 7 minutos para escanear el trayecto y encontrar la línea de meta dentro de un laberinto en el menor tiempo posible. A las 13.00 horas, el siguelíneas y, ya en horario de tarde, la persecución de robots velocistas, la lucha entre robots y el Hebocon, la categoría en la que los robots están realizados con piezas viejas y recicladas.
En esta edición había la novedad de que los competidores tenían que compartir la información y la ficha técnica de cada robot. Si no se cumplía este requisito no se podía optar al premio, pero sí participar. Fue también muy aclamada la zona de trabajo de soldadura, así como el taller de construcción de drones, donde los niños disfrutaron del proceso de elaboración de estos robots.