La I República estará presidida mientras dure, por Estanislao Figueroa, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. Acabaría siendo suprimida por un golpe de estado que fue ejecutado por el general Pavía, lo que daría paso a la instauración de nuevo de la monarquía borbónica en la persona del rey Alfonso XII, previa al pronunciamiento promovido por el general Martínez Campos en Sagunto.
Tras la salida de forma voluntaria del rey Amadeo I de Saboya hacia el exilio, se adoptó el sistema de Gobierno republicano elegido por las Cortes reunidas en Madrid el 11 de febrero de 1873, proclamándose de este modo la República por una mayoría casi absoluta de 258 votos a favor y 32 en contra. Quedó electo como primer presidente Estanislao Figueroa.
La corporación municipal coruñesa se hallaba reunida en sesión permanente esperando noticias y cuando estas se reciben de inmediato ordena publicar un bando mediante el cual se anunciaba lo acontecido. Las primeras medidas tomadas en la ciudad serían el cese de todas las autoridades monárquicas y la puesta en libertad de todos los presos políticos, así como la creación de una Milicia Local para la defensa de la República Española.
Durante el año escaso de existencia de la República, el Concejo coruñés tendrá dos alcaldes, Federico Tapia y Luis Tettamancy. Esta Alcaldía se mostrará muy eficiente haciendo diversas peticiones a las Cortes para la mejora de la ciudad, como eran la cesión al municipio de los terrenos militares o el propio derribo de las murallas que aun permanecían en pie y que impedían unir la ciudad alta y el barrio de la Pescadería. El derribo de estas vetustas defensas se había iniciado en 1840 y durante esos años se llevaría a cabo el relleno del foso que separaba ambas partes de la ciudad y dará lugar al nacimiento de la plaza de María Pita.
En esta época se organiza la ciudad en barrios y se crean una Policía urbana y los reglamentos de salud pública, sanidad de los alimentos, orden público y respeto a la religión católica. Destaca la disposición de las ordenanzas sobre los baños de sol y mar, los cuales se llevarán a cabo en las zonas del puerto y en las playas, prohibiendo hacerlo en los lugares más concurridos, como eran los Cantones, la Marina, la Palloza y Puerta de San Miguel. Asimismo se había marcado una zona a cada sexo de los bañistas: para las mujeres se reservaba la zona de los Pelamios y Riazor; para los hombres, la Estrada, el Parrote, Berbiriana y San Amaro.
levantamiento
La constitución de 1873 reorganizaba la Nación española en 15 Cantones independientes y unidos en una República Federal, pero durante el verano de aquel año comienza el levantamiento de Cartagena, que se extiende a otras provincias. Emilio Castelar intenta frenarlos y se apoya en las clases burguesas y el Ejército, gobernando de forma autoritaria hasta el 3 de enero de 1874, cuando el general Pavía entra en las Cortes a caballo con un grupo de la Guardia Civil y disuelve la Cámara de la República.
Esta había fracasado en su intento de lograr un Estado moderno sin la implicación de la monarquía, quizás debido a la inestabilidad política de los gobernantes republicanos y de la propia nación en sí. De hecho, durante el siglo XIX fue una constante lucha de la sociedad civil y de los pronunciamientos militares lo que trajo en jaque a todos los gobiernos formados tanto monárquicos como de la apertura republicana.
Las viejas heridas seguían abiertas y el clero y la nobleza eran dos importantes caballos de batalla que se ponían frente a cualquier intento que pretendiese sacar sus ancestrales privilegios reales, sin darse cuenta de que España había entrado en una nueva etapa. Como consecuencia de todas estas luchas y problemas internos de la nación, que se trasladan a los gremios, España acaba por quedarse descolgada del desarrollo económico e industrial del resto de las naciones del entorno europeo.
Después de este golpe de estado del general Pavía se forma un Gobierno provisional, el cual es presidido por el general Serrano, quien gobierna el país de forma dictatorial y con el propósito de preparar el camino para la restauración de la monarquía.
La casa Real borbónica se encontraba fuera de España –a excepción del duque de Montpentsier– desde la salida de la Corte de Isabel II, siendo Canovas del Castillo el encargado de abrir las puertas al nuevo sistema político. Para ello buscó a personas importantes dentro de la influencia monárquica y también con esta idea lo hizo en el seno del Ejército, fijando todos ellos la mirada en el príncipe Alfonso de Borbón, el cual prometía garantías de apoyar un régimen monárquico liberal. Este representante de la corona recibe a su llegada a España el título de Alfonso XII, rey de España, en 1875.