La alerta naranja más grave de la temporada obliga a cerrar el Paseo al tráfico peatonal

La alerta naranja más grave de la temporada obliga a cerrar el Paseo al tráfico peatonal
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La noche resultó agitada en el Paseo Marítimo, donde en la madrugada del lunes al martes la alerta naranja consiguió sobrepasar la duna de protección y llevarse por delante varios de los pesados bancos de hormigón que se encuentran sobre la acera.

Ante esta situación, el Ayuntamiento decidió cerrar las playas al público, por lo menos hasta que pasara la siguiente pleamar que estaba prevista para las seis de la tarde. En esta ocasión, fue necesario cerrar el Paseo al tráfico peatonal para prevenir el peligro por un posible de mar.

La alerta naranja de ayer fue la más potente que se ha registrado en una temporada que no está destacando por la virulencia de las alertas. El Paseo Marítimo, que en otros años ha llegado a resultar gravemente dañado por el oleaje, esta vez se ha librado con apenas algunos trastornos. Las olas más fuertes se registraron a la seis de la madrugada del martes al miércoles pero, como no había nadie en la calle a esa hora, ni siquiera fue necesario que los servicios de emergencia cerraran la acera a los transeúntes. 

La segunda pleamar, a las seis de la tarde, fue completamente diferente: durante toda la jornada habían estado cayendo chaparrones intermitentes, pero en la calle había bastante público así que, para revenir accidentes, el Paseo se cerró a las cinco y media, a la altura de La Coraza y hasta Las Esclavas.  Previamente, a las doce y media de la mañana, se habían cerrado las playas, de manera que nadie podía bajar a los arenales.

A las seis, las olas ya cubrían completamente los arenales, llegando a salpicar en varias ocasiones la calzada. Sin embargo, no fue necesario cortar la calzada al tráfico rodado y para las siete de la tarde, la situación había remitido tanto que fue posible retirar el precinto de la acera. 

Ya el día anterior se había cerrado la Torre de Hércules a los visitantes, puesto que el viento batía con fuerza en la zona, pero no hubo necesidad de hacer lo mismo con las zonas verdes, a pesar de que es una precaución que se suele adoptar para evitar daños personales por la caída de ramas. Pero esta vez, el viento se portó, y no sopló a más de 70 kilómetros por hora, según recogieron los instrumentos meteorológicos del dique de abrigo.

Destrozos en la comarca 
El temporal de mar también se hizo sentir en los municipios de la comarca coruñesa. Principalmente, en el vecino ayuntamiento de Oleiros.

La zona más afectada fue la del puerto de Santa Cruz, en la parroquia de Liáns. El fuerte oleaje rompió el borde del paseo marítimo durante la madrugada del miércoles. 

La fuerza de las olas arrancó varios tramos de hormigón del borde del paseo, tras golpear con las barras de hierro de la barandilla, dejando el tramo en un estado bastante peligroso.

Los agentes de la Policía Local y miembros del Servicio Municipal de Emergencias fueron los encargados de acordonar la zona para evitar, de ese modo, que los viandantes pudiesen transitar por lugares muy próximos a la playa de este núcleo urbano.

El Gobierno local, que preside Ángel García Seoane, dio orden a los operarios municipales que procediesen a la reparación de los daños materiales. Eso sí, previa mejora de las condiciones meteorológicas.

Este hecho supondrá que el cierre de varios tramos del paseo marítimo puede ser de varios días o incluso semanas.

También la zona de Santa Cristina, en la parroquia de Perillo, se vio afectada, especialmente, el arenal. Las pocas personas que ayer se atrevieron a adentrarse en él, entre ellos algún que otro surfista, pudieron contemplar los restos de una pequeña embarcación que el mar llevó tierra adentro.

Asimismo, personal municipal precintó determinados lugares del paseo marítimo, entre ellos varias zonas arboladas, para impedir que los transeúntes pudiesen ser objeto de algún que otro percance.

Por lo demás, en los próximos días se espera que el tiempo se mantenga sin alertas en los próximos días, aunque eso no quiere decir que mejore: la lluvia nos acompañara durante toda la semana, y a partir del sábado, las temperaturas bajarán bruscamente, pasado de ocho o siete grados de ahora a tan solo tres. En cuanto a las máximas, también descenderán, aunque de forma menos pronunciada. Si la predicción es de trece grados para hoy, el sábado bajará a nueve, lo que recuerda a las temperaturas de la ola de frío que padeció la ciudad hace más de una semana.

La alerta naranja más grave de la temporada obliga a cerrar el Paseo al tráfico peatonal

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