¿Por qué cotilleamos?

¿Por qué cotilleamos?
Cotilleo

Esto, sobre todo, si tomamos en cuenta el nivel de crecimiento exponencial que puede tener cualquier comentario, gracias a la existencia de las denominadas redes sociales, como Twitter, Facebook e Instagram, pudiendo llegar a arruinar una reputación.

Sin embargo, estas conclusiones a las que nos hemos estado refiriendo no aplican para el caso de los cotilleos de los programas televisivos, revistas y medios digitales de información general, cuya actividad se centra en transmitir información de actualidad de los famosos, los llamados contenidos del corazón.

Éstos contenidos explotan al máximo la curiosidad que sentimos por las alegrías o las desgracias de otros y es normal que nos enganchemos a ellos, porque ese interés es parte de nuestra condición de seres sociales. Debemos recordar que el ser humano es un ser social.

La diferencia fundamental estriba en que no conocemos a los famosos, aunque debido a que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías los expongan más a nuestra vista, engañando a nuestro cerebro, haciendo que los sintamos como personas cercanas.

Medios como cotilleo.es muestra la vida de los ricos, poderosos y famosos y nos proporcionan imágenes de sus lujos, sus viajes, sus parejas y crean en nosotros una necesidad condicionada, que nos obliga a tener curiosidad por lo que están haciendo o por lo que les ocurra.

Y esta conclusión no se aplica únicamente al sexo femenino, porque se ha comprobado que los hombres también cotillean en la misma proporción que las mujeres, sólo que ellos lo hacen sobre tópicos un poco diferentes.

Pero, en todo caso, siempre vamos a demostrar interés en lo negativo que les ocurra a las personas que consideramos que están por encima de nosotros, porque, entre otras razones, pues lo consideraremos un consuelo a nuestros propios sufrimientos.

 

Pues, según los estudiosos del tema, porque es divertido; porque cotillear tiene raíces ancestrales; porque es motivador; porque estimula la cooperación en el trabajo; porque ayuda a reforzar los lazos colectivos, o simplemente porque nos encanta y es un gusto culposo.

Cotillear es transmitir una información, es una interacción social que facilita las relaciones grupales, porque tratamos de temas fáciles que nos interesan y nos ayudan a iniciar conversaciones, con propios y extraños.

El cotilleo puede ser utilizado como un arma social de la que podemos valernos para introducir normas y comportamientos que aspiramos que se cumplan en el grupo, sin necesidad de tener que enfrentarse directamente con el individuo del que habláis.

Y la clave de este éxito es el miedo, porque todos queremos tener la aceptación del grupo social en el que nos desenvolvemos, y cuando  escucháis cotilleos positivos, se nos está mostrando indirectamente como se desearía que nos comportásemos.

Ello nos ayuda a mejorar como personas si queremos tener reconocimiento y prestigio, porque ciertamente cotillear es hablar de alguien, o de algo, de un comportamiento, de un gesto, de una acción, bien sea en positivo o en negativo.

Si el cotilleo es positivo, las personas tenemos la tendencia a imitar el comportamiento alabado, pero si el cotilleo es negativo, debemos aprovechar el comentario para entender como no se debe obrar según los convencionalismos reinantes.

No por nada, el 65% de nuestro tiempo lo dedicamos a hablar de nosotros o de las personas que conocemos, por tanto, podemos afirmar que nuestra tendencia a interesarnos por la vida de los demás es una característica que deriva de la naturaleza humana.

 

Cotilleo en positivo 

Ahora bien, cuando el cotilleo es positivo, significa que nos referimos a personas que nos son cercanas, porque parece existir una relación directamente proporcional entre la cercanía del individuo del que hablamos y el tipo de comentario que estamos expresando.

 

Cotilleo en negativo

Es claro que nos gusta compartir las alegrías y los logros de nuestros familiares y amigos, pero nos resulta muy sencillo cotillear en forma negativa de personas que no conocemos o que mantienen una posición preponderante respecto a nosotros. 

Ciertamente, solemos sentir una sensación de alivio o de bienestar cuando se informa sobre conductas o actuaciones reprobables de personas que tienen poder, influencia o dinero, ya que nos conforta observar que este tipo de seres también se equivoca.

Múltiples investigaciones demuestran el gran éxito que tiene el cotilleo al difundir información negativa, porque siempre se pone más atención en los aspectos negativos, pero es bueno recordar que realzarlos no necesariamente implica que sean ciertos.

Verdaderamente, el cotilleo puede crear una matriz de opinión negativa de la imagen de alguien, llegando a causar mucho daño. No en balde la Real Academia define al cotilleo como hablar de manera indiscreta o maliciosa sobre una persona o sus asuntos.

Entonces, si no tienes nada bueno que decir de los demás, te recomendamos que calles, porque podemos convertir en víctimas de nuestros comentarios a personas completamente inocentes.

¿Por qué cotilleamos?

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