Su nombre desconcierta en un principio pero su fin es más que loable. Javier Tejera y Eva Fragoso, ayudados por sus amigos, han puesto en marcha en Cambre las “polladas bailables”, eventos típicos en Perú donde se degusta un plato tradicional de pollo, hay música y los comensales aportan una cantidad económica para diferentes causas solidarias.
Todo comenzó en 2020, explica Tejera, cambrés residente en Edimburgo y que trabajó cuatro años en el país andino: “Estábamos en casa de Eva comiendo pollo a la brasa y me recordó a la tradición de allí. Es una fiesta de las clases populares que consiste en recaudar fondos para, normalmente, apoyar a un familiar que está enfermo, pero también se usa para otras cosas. Son muy divertidas y va mucha gente, yo asistí a varias”.
Ese mismo año los presentes, un grupo muy reducido, ya decidieron colaborar con la Fundación HoPe Holanda Perú, “una entidad muy respetada localmente que hace un trabajo espectacular”, y se recolectó una pequeña suma que sirvió para comprar material escolar a comunidades indígenas.
“El segundo año pusimos una especie de entrada y con las colaboraciones de comensales y familiares se recaudó una buena cantidad”, dice Eva Fragoso, que recuerda que esa donación fue para obras en invernaderos. La tercera “pollada”, la de 2022, recaudó dinero para una biblioteca urbana en una zona vulnerable del Cusco donde los niños tienen internet y otros recursos. “Tengo contacto directo con la fundación y me envían facturas de lo donado y fotos”, cuenta Tejera.
Ahora buscan un recinto donde la actividad pueda crecer: “Quizá hacerlo en un local social del pueblo o si algún empresario solidario cede un espacio donde se pueda comer, cenar y bailar. Estamos muy ilusionados con esto”, dicen.