Las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús tienen que marcharse de Betanzos. Lo hacen tras más de cien años dedicadas a los que más lo necesitan y al espíritu de su congregación, que se resume en la exigencia de la atención a los que asisten “como tarea samaritana de acoger y sanar desde unos valores que humanizan y dignifican”, desde que en 1923 asumieron el encargo de Juan y Jesús García Naveira, que las escogió para atender lo que entonces se denominó “refugio” para niñas pero que ha evolucionado con ellas y con Betanzos.

Hace unos días, sor Fuencisla Martín, superiora provincial de Hermanas Hospitalarias España, informó de la decisión tomada por la congregación del cierre de algunas comunidades de hermanas debido a la disminución de vocaciones religiosas, entre ellas la de Betanzos. “Quedará una referente asignada a nuestro centro y seguiremos nuestra vinculación con la congregación”, informaron desde la Fundación Hospitalarias Betanzos, que “recogemos el testigo de la hospitalidad para continuar con “la misión” desde el centro, antes denominado Pai Menni.