En su día, Betanzos impulsó una iniciativa –entonces pionera en el área coruñesa– para contribuir a la convivencia entre animalistas y no animalistas, entre aquellos alimentan a diario gastos callejeros y quienes rechazan este tipo de acciones al considerar pueden resultar insalubres, y conseguir así colonias sanas y con una reproducción controlada, siguiendo los pasos del Ayuntamiento de Ourense, el primero que desarrolló esta idea en Galicia. 

Sin embargo, transcurridos diez años, esa ‘convivencia’ está en el aire por la mala actuación de ciudadanos que ‘salpican’ el casco urbano de comida para los mininos, sin ningún tipo de control, ni sobre los espacios ni sobre la higiene, con las consecuencias que eso puede implicar, según denuncian vecinos del centro de Betanzos. Y lo que todavía es peor, sin estar ni ser autorizados, como establece la nueva Ley de Bienestar Animal. Esta norma señala que los ayuntamientos son los responsables de garantizar el bienestar de animales que puedan vivir en la calle, en concreto colonias felinas, y para eso deben contar con sistemas de gestión de colonias en colaboración con las entidades que actualmente realizan esa tarea, como ocurre en Betanzos con Gatocán.

Esta protectora se encarga de la alimentación de colonias, en sus casetas correspondientes, y nadie que no esté entre los autorizados por este colectivo puede hacerlo, de la misma manera que se ocupa de su esterilización y control, como están haciendo en A Cañota, en el entorno de la calle de Castelao o en A Magdalena. “También se está tratando de controlar una en Illobre y otra en O Carregal”, indica el edil de Medio Ambiente, Andrés Hermida.

Sin embargo, los vecinos alertan de las prácticas de un individuo que, bolsas en mano, “recorre las calles alimentando gatos”, desde O Carregal hasta la avenida de García Naveira pasando por el entorno de la plaza de Alfonso IX.

“El Ayuntamiento de Betanzos no hace nada y es un problema de salud pública”, explica una de las denunciantes, que sostiene que el hombre también hace caso omiso de las advertencias de los viandantes, “deja todo por el suelo y luego los gatos lo esparcen todo y es un asco”, apunta tras comprobar el estado en que dejó los soportales de Correos. 

Desde el Gobierno de Barral aseguran que conocen el caso y el que individuo “ha sido denunciado por la Policía Local de Betanzos, e incluso sancionado en varias ocasiones”, afirmó Hermida.

El municipio insiste en que su objetivo pasa por controlar todas las colonias felinas existentes, para lo que cuentan con el acuerdo de Gatocán y también estudian un convenio de colaboración con el Consorcio As Mariñas.