Betanzos vivió su ‘avalancha’ de turistas un día después que A Coruña. Así, si el martes eran cinco los cruceros que hacían escala en la capital coruñesa, veinticuatro horas más tarde, en el centro de información brigantino registraron más de siete excursiones de visita en su casco histórico, entr e cruceristas, peregrinos y ciudadanos de Castilla y León, Aragón y Cataluña, donde las vacaciones de Semana Santa y de Pascua de Resurrección se alargaron este año algo más al coincidir con la Festividad de San Jorge.
“En Betanzos tenemos más visitantes que el martes”, indica Elena Carro, la responsable de la oficina, situada en el Edificio Archivo (Liceo). Unos 250 solo por la mañana, de acuerdo con los datos contabilizados en los mostradores de atención, que siempre son menos que los que realmente llegan a Betanzos.
Entre ellos, ingleses y argentinos del ‘Norweigan Star’ y muchos peregrinos, incluidos dos grupos de la Comunidad Valenciana y de la ciudad andaluza de Cádiz.
En unos días se darán a conocer las cifras de Semana Santa, que apuntan a éxito toda vez que “hubo días de casi 100% de ocupación”, adelanta Carro.
La excursión a Betanzos que ofrecen los cruceros suele incluir un recorrido por los exteriores del antiguo Pazo de Láncara, propiedad de la Diputación de A Coruña, y los Jardines de Mariñán, de estilo francés, suponen un ‘extra’ de incalculable valor para determinados perfiles, como explica Carro. “Es un producto muy demandado por ingleses, americanos y asiáticos, y especialmente por la camelia, que a nosotros nos puede parecer normal pero en Europa es casi exclusivo de Galicia”.
La capital brigantina reanuda el sábado 26 el calendario de visitas monográficas con la dedicada a los García Naveira.
Así, los asistentes conocerán la residencia de Don Juan; las Escuelas García Naveira, inauguradas en 1914, y la Casa do Pobo de Betanzos, en la calle Travesa, construida por la Sociedad Unión Obrera con las 50.000 pesetas legadas por Don Jesús.
También la actual escuela infantil de San Francisco. Un edificio diseñado por Rafael González Villar cinco años después de la muerte del menor de los hermanos en un accidente de circulación en Argentina para cumplir el expreso deseo de este que, por un testamento ológrafo, otorgado en Madrid en 1911, dejó diversas donaciones, once al Ayuntamiento de Betanzos. Una de ellas, de otras 50.000 pesetas, para la construcción de una escuela infantil que, en caso de que la institución municipal no cediese unos terrenos en San Francisco para ella, quedaría nula, como recogió Santiago la Fuente en ‘Los Hermanos García Naveira y sus Fundaciones’. l