Un grupo de vecinos de la parroquia bergondesa de Guísamo aprovecharon el acto de inauguración por parte del delegado del Gobierno, Pedro Blanco, de la nueva glorieta ubicada en el punto kilométrico 580 de la N-VI, para manifestarle su malestar por lo que consideran peligrosas vías de servicio.
"Pasan coches, pasan camiones, no a 30, no a 40, no a 50, a 100 kilómetros por hora", dijo una de las afectadas al representante gubernamental que se comprometió a adoptar medidas.
Las quejas formuladas, sin embargo, no fueron solo de los residentes, también la propia alcaldesa, Alejandra Pérez, solicitó que se realice algún tipo de reforma, aunque si se felicitó porque se construyese la nueva rotonda porque está segura de que no habrá más fallecidos en accidentes de tráfico.
Esta infraestructura viaria supuso una inversión de más de un millón y medio de euros y se centró en la remodelación de la intersección del punto kilométrico 580,000 de la carretera N-VI con la AC-164, transformándola en una glorieta dotada de vías de servicio laterales que permiten el acceso a las propiedades colindantes. Asimismo se implantó una glorieta reducida en la intersección del kilómetro 579,400 de la N-VI con la AC-214, que enlaza Guísamo con Sigrás.