Día sí y día también alguien se queja del estado de las instalaciones deportivas de la ciudad de Ferrol. Cierto es que el estadio del Racing está siendo mejorado y que también se han hecho reformas en el pabellón de Esteiro, pero también son muchos equipos los que están a merced de que se caigan cornisas o de que funcionen determinadas instalaciones. La piscina de Caranza o las pistas de tenis de A Malata son un desastre, reconocido por los munícipes. Achacar el estado a una falta de mantenimiento durante años, para escurrir el bulto, ya no llega. La inversión es necesaria, si se quiere fomentar el deporte.