Habrá quien pueda sorprenderse del contraste que supone la rapidez con la que se construyó el enlace de Iñás de la Vía Ártabra con la N-VI, en escasos trece meses, y la lentitud con la que se esta ejecutando una infraestructura viaria que se inició allá por el año 2012, para vertebrar el área metropolitana, y cuyo final se antoja muy lejano ya que los trabajos vuelven a interrumpirse sine die hasta que se formalice un nuevo contrato.
No obstante, la buena nueva es que el nivel superior y el intermedio, de los tres que constituirán este enlace, ya están totalmente abiertos al tráfico desde ayer. Los operarios centraron su labor la pasada jornada en trabajos de pintado del firme de la calzada y en la instalación de señales, principalmente las verticales.
Se abre ahora un nuevo período de espera, que según los más agoreros podría ser de años, en el que la Xunta, en concreto la Consellería de Infraestruturas, tiene que redactar otro proyecto centrado en prolongar la Vía Ártabra hasta la autopista AP-9. De nuevo, las empresas interesadas en llevar a cabo esta iniciativa, que se gestó a finales de la pasada centuria, deberán presentar propuestas cuando se convoque el concurso.
Y nuevamente, si la Administración autonómica y el Ayuntamiento de Cambre continúan como hasta la fecha sin alcanzar un acuerdo, volverán las fricciones que derivaron en tres paralizaciones. La que comienza hoy será, por lo tanto, la cuarta.
Cabe recordar que la idea inicial era la de que la Vía Ártabra enlazase el puerto de Lorbé con la parroquia cambresa de Santa María de Vigo, a la altura de la autovía A-6. Tras todos estos años solo ha conseguido llegar hasta Iñás.