El Concello de Culleredo tramita numerosos procedimientos para ordenar la limpieza de fincas particulares que no fueron acondicionadas debidamente por sus titulares. Se trata de una actuación determinada por la legislación autonómica con el objeto de minimizar los riesgos de incendios forestales.
El Concello tiene abierto un total de 398 expedientes. Su incoación procede principalmente de las denuncias que efectúan los vecinos colindantes, siguiendo el protocolo establecido a tal efecto. La mayoría de los requerimientos fueron ya notificados a los dueños y unos 99 se encuentran ahora mismo en tramitación.
Los servicios técnicos municipales abren los expedientes con los avisos que realizan los particulares por registro tras efectuar una inspección. En algunos casos los plazos se demoran al no aparecer los dueños, siendo necesario publicar los avisos en los boletines oficiales. Uno de los casos más complejos sucede cuando es preciso localizar a los herederos.
En las notificaciones, el Concello indica a los propietarios las medidas que han de tomar. Se realiza también una valoración provisional de los trabajos a llevar a cabo, si bien, en el caso de tener que acometer la ejecución subsidiaria, el coste repercutido será el que suponga de forma definitiva.
Asimismo, según la ordenanza municipal, incumplir el deber de limpieza puede implicar sanciones, de ser considera una infracción leve, de hasta 750 euros, o del doble si se considera infracción grave por el riesgo de incendio que conlleve.
El alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo, hace un llamamiento a la concienciación para atender los requerimientos en tiempo y forma y evitar peligros de incendios. "Estamos en una situación de elevado riesgo y hay que extremar las precauciones", apunta.
El Concello de Culleredo, la Xunta de Galicia, la Fegamp y el Seaga suscribieron un convenio para actuar en conjunto en el ámbito de las fajas secundarias de gestión de la biomasa y garantizar que los propietarios las mantienen conforme a las estipulaciones de la ley. En este sentido, el Concello emitió a finales del año pasado unas 6.000 notificaciones a propietarios de montes una vez que la Xunta realizó inspecciones en el terreno y determinó en acta las parcelas que incumplían la obligación.
Las labores que deben acometer los propietarios residen en la limpieza de las parcelas y en la retirada de las especies arbóreas indicadas como prohibidas en las fajas por parte de la ley 3/2007 de prevención de incendios. Los propietarios, una vez que empiezan a llevar a cabo las labores de limpieza, deben indicarlo al Ayuntamiento.
Las fajas secundarias se definen en los alrededores de infraestructuras, viviendas y equipamientos. Conservarlas correctamente es una medida esencial para evitar la propagación de incendios forestales en puntos especialmente sensibles.