11º-14º
jueves | 25 abril | 2024
Xosé Vázquez Romero (Vilagarcía, 1952) preside la asociación que representa a los vecinos de Monte Alto, uno de los barrios más representativos y enraizados de A Coruña, el mismo en el que muchos de sus residentes se identifican con camisetas con su código postal impreso (15002). Hoy toman la alternativa de unas celebraciones de barrio que convierten el intinerante el foco festivo de la ciudad cada semana.
Por fin le toca a Monte Alto estar de fiesta...
Llevamos preparándolas desde antes de verano, pero se fueron demorando, fundamentalmente por las obras del Campo de Marte y el mercado de Monte Alto. El lugar donde celebrarlas era el mayor conflicto que se nos presentaba.
¿Están satisfechos con el cartel?
Está muy bien. La cartelería nos sitúa como organizadores y los grupos que vienen son potentes. La gente nos pregunta si es cierto que vienen los grupos que anunciamos y les respondemos que todo es verdad (risas).
Como en el resto de barrios, parece que hay un momento para cada segmento de edad...
Una parte, la de sesión vermú, es la que tiene su hueco, como se suele decir, para los viejos. La gente que tiene inquietudes políticas también está representada. Para los pequeños tenemos juegos durante la tarde. El programa está enfocado a gente de todas las edades. Los jóvenes tendrán actuaciones hasta una y media o dos de la mañana.
¿Por qué decidieron hacer solo un día de fiesta?
Yo propuse aplicar el gasto a otras necesidades, pero los vecinos nos transmitieron que estaban necesitados de algo lúdico. Preferimos concentrarlo en un solo día con una propuesta fuerte.
¿Son el barrio más orgulloso de la ciudad?
Hay una especie de conciencia de barrio. Los vecinos son personas con cierto protagonismo en la vida pública y muy activos. La gente del Ayuntamiento a veces nos decía “los de Monte Alto son la leche”.
Las fiestas han vuelto a poner los barrios de moda...
Casi es una cuestión terapéutica, después del confinamiento forzoso. Nosotros pensamos que sea una cuestión de ocio, pero también con una parte cultural y emotiva, como en el homenaje a Saleta Goy. Somos una ciudad de barrios, con conciencia de barrios. Nosotros debemos andar por los 30.000 habitantes y mucha gente está vinculada de alguna forma con nosotros. No somos lo mismo que una ciudad dormitorio.
¿Qué mensaje mandaría a los que piensen acercarse a la celebración?
El mensaje es sencillo: lo van a pasar muy bien si vienen, durante todo el día. No vamos a tener nada más que un pequeño descansito.
