Todo aquel que haya pisado la Escola de Arte e Superior de Deseño Pablo Picasso habrá reparado en la imponente Virgen del Carmen de escayola que observa al visitante desde sus más de tres metros de altura. Es un boceto realizado en 1946 por el escultor cambadés Francisco Asorey, protagonista este año del Día das Artes Galegas. Fue un encargo del comandante militar de Marina Ángel Suances con la idea de erigir un monumento a la patrona de los marineros en la Pena das Ánimas, en el entorno del dique de abrigo. El proyecto nunca se llegó a materializar.
Según una crónica de junio de 1962 del diario ‘ABC’ que recoge Maribel Iglesias en su libro ‘Francisco Asorey. Escultor galego’, Suances impulsó esta idea y “se abrió una suscripción entre las gentes del mar, se le encargó el boceto a Asorey y cuando ya iban recaudados varios miles de pesetas, falleció el contralmirante y la iniciativa se esfumó totalmente”. Es en esa pieza periodística en la que se anuncia que la obra va a ser depositada en la Escuela de Artes y Oficios coruñesa (de la que la EASD Pablo Picasso es continuadora): “Boceto de espléndida factura, de traza característicamente ‘asoreyesca’, que mide 3,30 metros de altura y es propiedad de la Comandancia de Marina de La Coruña, que pagó por él a su autor la cantidad, hoy irrisoria, de 15.000 pesetas”, puede leerse en la citada crónica.
Añade el periódico que en 1962, al año siguiente de morir Asorey, su familia donó una Virgen al Museo Provincial de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora del Rosario que fue depositada en el Museo Provincial, pero ese no fue el boceto real destinado a ‘reinar’ en el dique; lo era el de la Pablo Picasso, de mucho mayor tamaño. Nadie se acordó ni del uno ni del otro cuando, ya en el siglo XXI, A Coruña estrenó su primer monumento a la Virgen del Carmen. Se inauguró el 5 de julio de 2008, siendo alcalde Javier Losada, y se situó en O Parrote. Desde la Cofradía del Carmen y de la Aurora se había pedido que se levantara una estatua en el puerto para honrar a la patrona, igual que ocurría en la mayoría de las ciudades españolas con mar. Fue Suso León el encargado de elaborarla. Con cuatro metros de altura y rodeada de agua, supuso una inversión de 90.000 euros, de los cuales 60.000 los aportó la Autoridad Portuaria.
El escultor está de actualidad estos días en A Coruña, donde hace unos días se inauguró, en la calle Compostela, la exposición ‘Os vieiros de Asorey’, dedicada a “un gran innovador do seu eido”, indicó, en su apertura, la alcaldesa Inés Rey. La delegada de la Xunta, Belén do Campo, lo definió como “un dos nomes que mellor sintetiza a arte feita en Galicia desde unha perspectiva da modernidade”. La muestra, organizada precisamente por la Academia Galega de Belas Artes, recopila obras del artista a través de fotos de Xurxo Lobato.