El Ayuntamiento ha invertido mucho en la red de mercados municipales. El de Monte Alto, que se está construyendo ahora, o el de Adormideras, que se finalizó hace unos pocos años, son ejemplos de ellos. Algunos, como San Agustín o el de Eusebio da Guarda (en la plaza de Lugo) destacan por su dinamismo. Sin embargo, en el caso de Palavea, la plaza de abastos perderá su función y el único local abierto de los seis que alberga es una panadería, que tendrá que cerrar. El edificio pasará a convertirse en un centro que albergará un aula de informática y una biblioteca.
Este cambio se trata de una demanda histórica de la asociación de vecinos del barrio y, de hecho, el proyecto ya figuraba en los presupuestos del año pasado y también en los del presente ejercicio. De hecho, la asociación de vecinos tiene su local en el pequeño mercado, del que ocupa prácticamente la mitad del espacio, e incluso tienen una biblioteca, así que el cambio de uso no será tan brusco como podría uno imaginarse.
En realidad, el mercado llevaba languideciendo muchos años. La competencia de una superficie comercial tan grande como Alcampo justo en el barrio la había vuelto insostenible. La panadería subsistía a base del reparto a domicilio. El pleno votará mañana el cambio de usos y los vecinos consideran que se convertirá en un punto de dinamización del barrio. “La biblioteca que teníamos más cerca es la de O Castrillón”, apuntan desde la asociación.