Las obras de renovación de la mediana de Alfonso Molina comenzaron ayer. Esta estructura, que recorre los últimos metros de la avenida antes llegar a Linares Rivas, presentaba daños por una salida de vía. No es la primera vez que ocurre, y tampoco será la última. El año pasado, la Policía Local registró 33 accidentes de tráfico graves en el tramo de Alfonso Molina más cercano a la ciudad (el otro es jurisdicción de la Guardia Civil) lo que lo convierte en la segunda vía de mayor siniestralidad solo por detrás de la ronda de Outeiro.
Hay que tener en cuenta que, mientras que la siniestralidad en la ronda de Outeiro ha descendido bastante con respecto a años anteriores, la de Alfonso Molina se mantiene en la media de los diez últimos años. En este tiempo, sin contar 2020 (por tratarse del año del covid) la tónica ha sido en torno a tres accidentes al mes. Por supuesto, la Policía Local no registra más que una pequeña parte de los accidentes que se producen, aquellos más graves y en los que se han producido heridos. El resto, como los que se saldan con un simple parte amistoso entre ambas partes, no se apuntan, simplemente, así que el número real es mucho mayor.
Aunque gran mayoría de estos siniestros son alcances (que normalmente se producen cerca del acceso de la AP-9) y que producen importantes embotellamientos en hora punta, las salidas de vía suelen darse en puntos muy concretos. Por ejemplo, en el acceso a la avenida en dirección salida desde Pedralonga, donde existe una pronunciada curva, y en el tramo urbano, muchas veces debido al exceso de velocidad.
LAS CIFRAS |
1.350 metros |
150.000 euros |
49 siniestros |
Los atropellos son muy infrecuentes y se dan cuando un peatón temerario trata de atravesar la calzada saltando la mediana en vez de utilizar una pasarela. El último caso grave fue en 2023, cuando un toxicómano murió arrollado cuando trataba de pasar entre los tubos que forman la barrera, pero antes era mucho más común. La primera mediana se instaló en 1975, cuando los peatones cruzaban la avenida a pie desafiando el tráfico que circulaba a toda velocidad.
No fue una iniciativa municipal sino del Club de Leones Decano, que hizo una colecta e invirtieron tres millones de pesetas en construir la primera valla de metal. El hito quedó marcado por una placa que todos los conductores veían fugazmente al pasar. Pero el tiempo no transcurre en vano y hace diez años se hizo necesario sustituirla por una completamente nueva.
Esta vez sí se hizo cargo el Gobierno local como parte de un proyecto integral para urbanizar Alfonso Molina presupuestado en 1.360.000 euros. El Ayuntamiento presentó el proyecto al club y este lo aprobó completamente. Además de la mediana, consistente en una serie de tubos de acero en vertical que evitan el deslumbramiento entre vehículos, se ensancharon las aceras, y se instaló alumbrado mucho más potente que el que había con báculos a base de leds. La mediana creció hasta llegar a la ronda de Outeiro, unos 1.350 metros. Es la que se repara ahora.
Pero el Ayuntamiento tiene más planes para Alfonso Molina como elevar su único paso de cebra, el que se halla cerca de José Cornide. Las obras comenzarán en los próximos días.