La Torre de Control Marítimo de A Coruña cumple 30 años y miles de emergencias

La Torre de Control Marítimo de A Coruña cumple 30 años  y miles de emergencias
El jefe de Salvamento Marítimo, Roberto Pereira, con la Torre de Hércules al fondo

Probablemente la Torre de Control Marítimo sea la más insólita de las que se destacan en el skyline coruñés, con dos pilares de hormigón armado sosteniendo entre ambos un habitáculo acristalado a ochenta metros del suelo. Es una construcción extraordinaria que los coruñeses se han acostumbrado a contemplar desde hace 30 años. Su aniversario se cumplió el 2 de marzo. El capitán Roberto Pereira, jefe de Salvamento Marítimo, tiene desde su despacho una vista inmejorable de la ciudad, donde lleva trabajando desde 2020 en su actual cargo y reconoce que es especial. Hay 20 torres en todo el territorio español, aunque algunas lo son solo de nombre, porque están instaladas en vulgares edificios de oficinas. “Las conozco todas y esta es distinta –explica Pereira–. Un edificio emblemático que está en el centro de la ciudad”.


Todo el mundo la conoce como ‘la hache’ aunque hace poco durante una visita de un colegio la llamaron ‘la guillotina”. De doce pisos y 81 metros de altura, es el lugar de trabajo de ocho controladores, más atentos a las pantallas que al paisaje. También es el hogar de un halcón, que deja los huesos de paloma en la terraza. “Nunca hemos subido, pero sabemos que está ahí”, dice Pereira.


El edificio es flexible. Cuando sopla el viento, si se coloca una vaso de agua lleno hasta el borde, este se derrama. Si hay temporal y el viento es racheado, se agita de un lado a otro. Los controladores son todos marineros acostumbrados a moverse en cubierta sobre un barco zarandeando por  el mar, así que no lo notan, pero algunos visitantes han llegado a marearse y han tenido que abandonar el edificio y volver a la tierra firme que hay más abajo.

 

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La curiosa forma de la torre es necesaria para permitir el tránsito por el dique de abrigo. Construirla costó casi mil millones de pesetas de las de antes. Josep Borrell aseguró que la torre suponía “un enorme salto cualitativo en seguridad”. El por entonces ministro de Obras Públicas descartó las críticas que tachaban el coste de excesivo. “No hemos querido ahorrar unas decenas de millones porque ello repercutiría en la estética y habría sido una inversión penosa hacer una obra que desmereciese de su entorno”.  Copasa inició en 1993 la obra de lo que algunos llamaron la “Torre de Hércules del siglo XXI”.    


Los tres trabajos


Hércules es famoso por sus doce trabajos, pero en esa torre solo se hacen tres. Pereira señala que, aunque todo el mundo la conoce, son pocos los que están al tanto de que alberga la Capitanía Marítima, así como la sala de control de Salvamento Marítimo. “Tenemos tres trabajos: el control del tráfico tanto de Ferrol como el de A Coruña, las emergencias y los vertidos. Somos la única torre que controla un puerto a 90 kilómetros, el de San Ciprián”.  Desde la ría de Cedeira a Malpica, todas las emergencias se reciben aquí: gente que está en peligro, que llama desde barcos, por radio o por teléfono. “Hay personal de guardia las 24 horas y los 365 días al año”, dice Pereira. Hay que tener en cuenta que frente a la costa gallega navegan más de 3.600 barcos al año, que doblan el cabo Finisterre para dirigirse después al Canal de la Mancha. “Todo el tráfico de la Cornisa Cantábrica pasa por el Golfo Ártabro”, dice.


Además, en el puerto de A Coruña recalaban numerosas embarcaciones deportivas procedentes del norte de Europa. En total, atienden entre 100 y 110 emergencias al año, cuando hace treinta años rondaban las 80. Depende también de lo duro que haya sido el invierno. En 2024 fueron 102 de las cuales 74 fueron salvamentos, tres vertidos y once de seguridad marítima (por ejemplo, recoger un contenedor, una boya o un tronco que suponen un peligro para la navegación) y, además, cuatro servicios complementarios que realizaron a petición de otras entidades como la Policía o Protección Civil. Si se trata de rescatar un cadáver o a una persona en una zona de difícil acceso, a menudo se solicita el helicóptero de Salvamento Marítimo.


“Hay que tener en cuenta que las torres en el Mediterráneo tienen muchas más emergencias, porque hay muchas más embarcaciones deportivas”, reconoce Pereira. Sin embargo, las emergencias son más importantes aquí, con pesqueros a la deriva sin máquina, con mala mar. “Hay más pesca en el norte, y pueden tener accidentes”, añade.


Ahora que empieza la época de las embarcaciones de recreo, también se incrementan las emergencias. Como consejos básicos, Pereira incide en revisar el combustible y los chalecos, en que es necesario llevar una radio, puesto que no siempre los teléfonos tienen cobertura, y en no salir a la mar en una embarcación que no se conozca: “Anteponer sobre toda la seguridad”. 

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