En los últimos tiempos, el tráfico en la plaza de Pontevedra se ha convertido en un nudo gordiano difícil de atajar para los expertos en Movilidad del Ayuntamiento, y el túnel de Juana de Vega se ha vuelto más vital para despejar la circulación hacia el Paseo Marítimo. Sin embargo, la saturación de este viaducto subterráneo ha obligado al Ayuntamiento ha cambiar el flujo de vehículos en Modesta Goicouría, que había cambiado con motivo de las obras de San Andrés, y convertirla en una vía de doble sentido.

Es por eso que, en las próximas semanas, el Ayuntamiento va a poner en marcha un plan para conectar las calles de Payo Gómez y Modesta Goicouría a través de la plaza de Pontevedra. Desde el Centro Integral de Movilidad (CiMob) señalan que en horas punta el túnel se satura tanto que la cola de vehículos marchando en primera llega hasta la plaza de Mina, lo que puede llegar a afectar en ocasiones a Linares Rivas, “ao ser a principal porta de entrada en dirección al Paseo”, como señala el Ayuntamiento.

Esta ruta está sobrecargada desde que se restringió el acceso a la avenida de La Marina en 2019

El túnel, de 246 metros de largo, fue inaugurado en 1987, en una época en la que el tráfico que recorría la ciudad era mucho menor y, aunque se ha sometido a varias reformas y mejoras, nunca se ha aumentado su capacidad. La última reforma tuvo lugar en 2017, por parte de la empresa Desarrolla, y posteriormente, hace dos años, se mejoró la señalización, para tratar de reducir los accidentes causados por su bajo gálibo, de 3,9 metros, el segundo más bajo solo por detrás del túnel de María Pita, lo que ha provocado que a veces se atasquen autobuses o camiones.

El túnel lleva años soportando una gran densidad de tráfico desde que se cortó la avenida de La Marina a la circulación. Es cierto que esta carga se reparte con el túnel de La Marina, pero esta tiene mucha mayor capacidad, gracias al ramal que lleva As Ánimas. Actualmente, pasan por Juana de Vega más de 16.000 vehículos al día.  

Simulaciones

La solución es, cómo no, otro túnel: la responsable de Movilidad, Noemí Díaz, explicó que se han realizado simulaciones del nuevo recorrido, que desde Linares Rivas sigue por Picavia, luego baja por el túnel de la plaza de Lugo, subirá por Payo Gómez y llegará hasta la plaza de Modesta Goicouría. Actualmente, el túnel de la plaza de Lugo está infrautilizado, precisamente porque no se permite el giro a la izquierda, y lleva simplemente a la calle de San Andrés, o de vuelta a Juana de Vega.

A pesar de que tiene casi 40 años, el viaducto se ha convertido en una arteria vital para el centro de la ciudad

Díaz recordó que el giro desde Modesta Goicouría al Paseo Marítimo ya se habilitó durante las obras de San Andrés, pero solo para los autobuses. Ahora lo podrán emplear también los particulares: “Dado que o tráfico da cidade sempre está controlado por semáforos, é factible modificar os seus tempos se, chegado o momento, precisamos axustalos en función da demanda existente nas diversas franxas horarias do día”.

Por supuesto, será necesario realizar obras, sobre todo en la isla central de la plaza de Pontevedra, donde se encuentra la emblemática cafetería Manhattan, lo necesario para abrir un nuevo carril de circulación y permitir así que se incorporen más vehículos. Por el momento, Movilidad no ha fijado una fecha para estas obras, que se sumarán a las ya existentes en el entorno como, por ejemplo, las de los Cantones y que han convertido la circulación por el centro de la ciudad en un desafío al que los coruñeses se enfrentan a diario. Sobre todo, los de Monte Alto.