Santiago Juega Puig (Pontevedra, 1952) es una de las grandes voces autorizadas a la hora de hablar sobre expediciones oceánicas y, por supuesto, sobre la importancia del puerto de A Coruña en estos hitos. El profesor y escritor pontevedrés, pero afincado en la urbe herculina desde 1966, analiza su trayectoria y la influencia de A Coruña como punto de partida de expediciones y la significación del foro organizado por El Ideal Gallego en la Autoridad Portuaria para conmemorar el quinto centenario de la expedición de Loaysa. El evento se celebrará el próximo 12 de junio.
Usted publicó este año ‘Galicia y la segunda circunnavegación a la Tierra. Siglo XVI’. ¿Cuál es el origen del libro?
El libro surgió como la necesidad que yo sentía de cubrir un hueco de información que existía sobre este tema. Yo encontré algo de documentación, pero prácticamente ninguna. Había un vacío absoluto. Empecé a tirar del hilo y fueron surgiendo cosas. Este libro nace a raíz de la reconstrucción de un puzle.
La misión era llegar a las Islas Molucas para comenzar el comercio de las especias.
Por supuesto. Era una expedición comercial. De hecho, una de las misiones era llegar, construir una población, por eso entre la tripulación iban carpinteros, fontaneros, pintores o canteros. La idea era construir un asentamiento fijo, y desde allí, organizar el comercio de las especias en base a llevarse bien con nativos y jefes locales. Esto surge tras el regreso de Elcano a bordo de la nao ‘Victoria’, el 6 de septiembre de 1522. Ese mismo año, el día de Nochebuena, Carlos I crea la Casa de Contratación de la Especiería en A Coruña. De esa casa salieron tres expediciones. Esta es la segunda, la más importante y la única que llegó a las Islas Molucas. Tardó once años en regresar.
¿Por qué decide crear en A Coruña la Casa de Contratación?
A Coruña tenía una serie de ventajas. Primero, el puerto. Es un puerto fantástico, con mucho calado y muy bien protegido. Segundo, es una ciudad que tiene bosques, que tiene ganadería, que tiene alimentación y talleres para construir barcos. En definitiva, servicios para todo. No obstante, tiene dos puntos muy importantes: que está cerca de los grandes compradores de las epecias, que es el norte de Europa; y dos, que A Coruña era una ciudad de realengo, dependía única y exclusivamente del rey, ni de la Iglesia ni de los señores feudales. Eso era fundamental.
¿Había más opciones para esta segunda Casa de Contratación?
Sevilla (lugar donde se creó la primera Casa de Contratación) se sintió muy dolida e hizo todo lo posible para que no se concediera, pero la cosa estaba clara. La de Sevilla estaba orientada a América. Todo el mercado e incidencias con América se organizaban en Sevilla. La de A Coruña estaba orientada a Asia. Era un mercado nuevo, totalmente diferente. Sevilla quería mantener ese monopolio hermético, pero no. Se decidió hacer dos casas totalmente diferentes.
Tres años después se eligió la ciudad herculina como punto de partida para la expedición.
Fue como consecuencia de crear la Casa de Contratación, que es la que organiza este viaje. Es una expedición heroica. Tuvo un gran sacrificio y un enorme compromiso para cumplir con la obligación y con la palabra dada al rey. Es una expedición muy potente. Salieron un total de siete naves, a diferencia de la de Magallanes (primera circunnavegación a la Tierra), que fueron cinco. Además, eran mucho más grandes que las otras. La tripulación estaba compuesta por 450 hombres, casi el doble que la primera circunnavegación.
Sufrieron adversidades a bordo.
En el Atlántico una nave se hundió y dos desertaron. Ya solo quedaban cuatro. Al entrar en el Pacífico, una tormenta descomunal dispersa a las cuatro naves y nunca se volvieron a juntar. A las Islas Molucas solo llegó una nave, la capitana, ‘Santa María de la Victoria’. Al entrar en el Pacífico iban 145 tripulantes, pero solo llegaron 105 personas, y muchos lo hicieron muy perjudicados. La nave iba muy deteriorada y había que darle a la bomba de achique día y noche. Además, cuando llegaron allí los portugueses ya estaban instalados. No se lo iban a poner fácil a los castellanos. Sin embargo, cumplieron con su obligación. Siempre se dice que esta expedición no triunfó. En 1529, Carlos I, a través del Tratado de Zaragoza, vende los derechos sobre las islas al rey portugués, con lo cual, Castilla renuncia al negocio de las especias. Como consecuencia, se cierra la Casa de Contratación coruñesa.
La expedición la comandó García Jofre de Loaysa. Pero, ¿qué importancia tuvo Elcano?
Elcano es un personaje fantástico. Su experiencia fue fundamental. Tanto Loaysa como Elcano se murieron al poco de entrar en el Pacífico. Por eso poco después desapareció su influencia y se fueron nombrando nuevos capitanes. Pero su figura, sin lugar a dudas, es extraordinaria. Elcano llevó también a un ayudante, un tipo muy listo. Se llamaba Andrés de Urbaneta, que embarcó con 17 años y regresó en 1536, con 28, y una niña que había tenido con una indígena, llamada Gracia. Este señor conoció de primera mano lo que es la vuelta al mundo. Con esa experiencia consiguió en 1865 lo que nadie había conseguido, el tornaviaje, el trayecto de regreso de Filipinas a México, algo absolutamente imposible hasta la fecha. Eso dio lugar a una ruta de comercio que unía tres continentes y dos océanos. Eso supuso la primera globalización del mundo.
500 años después se conmemora la hazaña. ¿Considera importante que se mantenga el recuerdo?
De A Coruña salieron dos expediciones a nivel mundial, la de Balmis –que fue sanitaria– y la de Loaysa, que da la segunda vuelta a la Tierra. Es una hazaña náutica extraordinaria. Son las dos grandes expediciones que salen de A Coruña. De la de Balmis hace años casi no sabíamos nada. Hoy, gracias a la divulgación, todos estamos orgullosos. Tenemos que conseguir que la expedición de Loaysa sea conocida, querida y sentirnos muy orgullosos de ella. Los ingleses consideran que la segunda vuelta al mundo la dio Drake, que la dio 50 años más tarde que nosotros. Hay que recuperar ese orgullo de saber que la segunda vuelta al mundo la dio una expedición coruñesa.
¿Qué espera del evento?
Difundir esa heroicidad. Estos héroes merecen ser conocidos, amados y respetados. Espero poder difundir su hazaña.