El Rosario y el Magosto ponen de moda una asociación vecinal de la Ciudad Vieja que suma cien altas

El Rosario y el Magosto ponen de moda una asociación vecinal de la Ciudad Vieja que suma cien altas
El magosto celebrado en noviembre fue todo un éxito | Quintana

Como si de un regalo navideño anticipado se tratase, todas y cada una de las aspiraciones de la directiva que el pasado mes de febrero tomó las riendas de la asociación vecinal de la Ciudad Vieja parecen cumplirse: la recuperación de las fiestas tradicionales, del sentimiento de barrio y, sobre todo, del latir de las calles y la vinculación emocional. En ese sentido ha resultado clave la celebración de las fiestas del Rosario y el Magosto popular, tras los cuales el número de asociados a la plataforma vecinal ha crecido en casi cien miembros. 


Uno de los rostros más visibles de ese cambio de imagen y recuperación del pulso en la vida de la Ciudad Vieja es Leonardo Méndez, presidente vecinal, que no oculta su satisfacción por la buena marcha de la captación de nuevos miembros. “Después de las fiestas la gente se ha subido al carro, tanto el Rosario como el Magosto han provocado que la gente vuelta a tener ese espíritu de barrio”, afirma. “Las fiestas volvieron a lucir como antiguamente, y a consecuencia de eso tenemos casi 100 nuevas altas en un censo de 250 o 300 personas”, añade. 


Sin embargo, las castañas y los juegos populares que atrajeron a cientos de personas hasta la plaza de Azcárraga el pasado 11 de noviembre no serán, seguramente, el último gran acontecimiento del año en la Ciudad Vieja. En las próximas horas se celebrará una reunión para decidir la mejor manera de echar el cierre a un año que le ha devuelto la sonrisa a la zona. “Queremos hacer algo importante para acabar el año, y próximamente lo concretaremos”, anuncia Méndez. “Hablamos de una cuestión vecinal, aunque tengamos cerca el mercadillo de María Pita, se trata de hacer algo aprovechando el entorno y encajando todas las opciones”, prosigue.


Deseos de futuro 
Entre los deseos de Méndez de cara a 2023 está afianzar ese protagonismo del barrio y situarlo de nuevo en el epicentro de los planes de la ciudad, como ya subrayó a la hora de darle un trato preferente a las fiestas del Rosario, que calificó como las de todos los coruñeses. 
“El barrio está cogiendo esa importancia que debe tener, no porque lo digamos desde la asociación de la Ciudad Vieja, sino porque somos la sala de estar de todos los coruñeses”, indica. 
La de la Ciudad Vieja es una de las asociaciones vecinales que más crece en la ciudad, justo en unos tiempos poco dados al asociacionismo. 

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