Un rincón de Matogrande, en A Coruña, difunde cultura a granel

Un rincón de Matogrande, en A Coruña, difunde cultura a granel
Pilar García posa con algunos de los libros disponibles en la repisa de su comercio Ledicias a Granel | Patricia G. Fraga

Un rincón del barrio de Matogrande reparte cultura. En Ledicias a Granel no solo se pueden adquirir tés, garbanzos, lentejas y un sinfín de productos ecológicos, veganos y sin gluten; también se puede agrandar el conocimiento y sumergirse en nuevas historias gracias a la iniciativa de Pilar García, que regenta esta tienda en los soportales de la calle de Juan Díaz Porlier. 

 

En la repisa de su establecimiento hay más de doscientos libros disponibles para todo aquel que se cruce en su camino. No hay normas; tampoco limitaciones. El objetivo es disfrutar de la lectura mediante la técnica del ‘bookcrossing’ (dejar libros en lugares públicos para que los recojan otros lectores, que después harán lo mismo).

 

La historia


Todo comenzó hace cerca de tres meses, cuando la comerciante encontró tres libros rotos en otro local de la rotonda del barrio. Como es “lectora de toda la vida”, decidió recogerlos y dejarlos en la repisa de su comercio. La respuesta de la gente fue inmediata y el intercambio de libros surgió de forma natural y constante, hasta llegar a los doscientos actuales. “Hay para todas las edades, tanto mayores, como niños y adolescentes. También en diferentes idiomas y temáticas variadas. Ahora tenemos hasta libros de recetas de cocina”, comenta Pilar, que espera que el hábito de la lectura pueda traspasar las barreras que percibe en los más jóvenes. “La idea es que la gente lea y se habitúe porque es lo más bonito que hay”, reconoce.


Para llevarse un ejemplar no es necesario reponerlo con otro, pero la mayoría lo hace. La iniciativa también tiene mucho éxito entre los escolares del colegio Liceo, que cuando salen de clase se dirigen a este establecimiento para llevarse un libro. Pilar incluso recuerda cómo una niña de siete años cruzó la calle llorando porque quería un libro y no tenía otro para dejar. “Por supuesto, se llevó el libro y su cara de felicidad fue impagable”, dice. Este intercambio no solo se limita a los vecinos del barrio, y es que ahora llega gente de toda la ciudad preguntando por Pilar. 

Un rincón de Matogrande, en A Coruña, difunde cultura a granel

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