El incidente que tuvo lugar en las canchas de la plaza de San Pablo la semana pasada parece desinflarse a cada día que pasa: desde las primeras informaciones, que apuntaban a un apuñalamiento con una banda latina implicada a una disputa juvenil entre pandillas de chavales por una cancha de baloncesto Uno de ellos, de 14 años, paso de propinarle seis puñaladas a tres “pinchazos” a otro de 18 (en palabras de la subdelegada del Gobierno, María Rivas) de los que fue dado de alta al día siguiente. En todo caso, además de la gravedad de la agresión en sí, lo que preocupa a los coruñeses es sí existe una banda organizada o actuando en A Coruña. Para la Policía Nacional la respuesta, es no.
Todo consiste, en realidad, en definir el término ‘banda’ dejando a un lado el apellido de ‘latina’. Para el hombre de la calle, no hay diferencia entre una pandilla de jóvenes que se reúnen al salir de clase y cometen alguna que otra gamberrada y una banda, pero en la Policía Nacional sí hacen una distinción muy clara. Según fuentes policiales: “Hay varios factores, pero uno de ellos, muy importante, es que formen una estructura, con una jerarquía organizada”.
Aunque no es una condición necesaria, sí a menudo esta acompañada de otra: los rituales de ingreso, que muchas veces ayudan a crear una identidad propia. Se trata de algún ritual de iniciación que el aspirante debe superar para entrar en la banda.
“Hay que señalar que cuando estamos hablando de una banda, no es necesariamente criminal –señalan estas misma fuentes–. Una banda de moteros puede, efectivamente, ser una banda, pero la Policía no puede actuar si no están cometiendo un delito”.
Queda por explicar entonces, de dónde salieron esas primeras informaciones que apuntaban a la existencia de esa banda e incluso le ponían un nombre ‘Latin blood’. “No hay una base, no hay una constatación por hechos de que eso es así, exactamente”, comentan las mismas fuentes que definen lo ocurrido como “circunstancial”.
En resumen, el fenómeno de la banda callejera es muy complejo. Y de hecho, los investigadores encuentran bastante difícil afrontarlo, precisamente porque se trata de un círculo cerrado donde no se puede conseguir información de una manera sencilla: “Se trabaja con bastante dificultad”.
Dicho esto, hay que tener en cuenta que en A Coruña se ha llegado a detener a grupos de delincuentes muy organizados, pero siempre se trataba de traficantes de drogas de nivel medio. La Policía Nacional ni siquiera considera que las peleas entre grupos de traficantes que okupan casas, como ha ocurrido alguna vez en Os Mallos, sean peleas de genuinas bandas. “Son grupos agregados, sin una organización estable”. Y eso es positivo.