Reportaje | Lectura táctil: A Coruña y su relevancia en el estudio del braille

Reportaje | Lectura táctil: A Coruña y su relevancia en el estudio del braille
La biblioteca ONCE de A Coruña dispone de miles de obras en brailes | Pedro Puig

El Día Internacional del Braille conmemora los logros de un sistema de lectura ideado a principios del XIX. El francés Louis Braille perfeccionó este código de seis puntos en relieve basándose en el alfabeto Barbier, que había sido creado para usos militares. Su enseñanza permitió que los invidentes, como el propio Braille, hiciesen algo que resultaba impensable: Leer sin necesidad de la vista.


Corina Alfonso Mañá, responsable de la sección Braille de la ONCE en Galicia, explicó que su aprendizaje empieza con la mejora de la capacidad táctil y dando a conocer su alfabeto. Estas lecciones se dan en la sede de Cantón Grande número 3 con clases de diez personas que priorizan la enseñanza a invidentes, aunque también se acepta a personas que puedan ver.


“La mayor complicación para las personas videntes es que utilizan la vista. El braille se puede leer por delante y detrás de la hoja y cuando empiezan a complejizar, a veces confunden los puntos y se les mezcla con los de otra página”, explica Alfonso Mañá. “En el caso de las personas ciegas, el problema es la sensibilidad. Cuando un adulto se queda ciego, a lo mejor ha usado las manos para muchas cosas. Las puede tener muy trabajadas y con una sensibilidad menor en algunos dedos”. 


Más allá de la enseñanza, la difusión es un punto esencial para la entidad. En 2008, la ONCE impulsó los clubes braille, agrupaciones que promueven la expansión de esta forma de lectura en la sociedad. Consisten en reuniones de diez a trece personas que hablan sobre literatura y otros temas como cualquier otro club de lectura. Galicia dispone de cuatro ubicados en Pontevedra, Santiago, Vigo y A Coruña.

 

Biblioteca

La sede del Cantón Grande acoge miles de libros en braille en una gran biblioteca a disposición de sus miembros. Obras de enseñanza o populares trabajos de ficción como Harry Potter tienen su lugar en este espacio. En caso de no disponer de una obra seleccionada, esta puede solicitarse a otra biblioteca de la entidad en Madrid o Barcelona. El Sistema Bibliográfico de la ONCE (SBO) en la capital es quien suelen realizar las transcripciones, pero, en caso necesario, los transcriptores de A Coruña también pueden asumir esa responsabilidad.


La mayor dificultad recae sobre la adaptación de simbología compleja. “Los libros que más tardamos en transcribir son los de educación, como los de matemáticas o geografía por elementos como los mapas”, relata Alfonso Mañá al tratar las distintas variedades de textos. “También tenemos libros de multiformato, como Pinocho. Los dibujos tienen relieve que imprimimos con impresoras 3D o a mano, y las líneas son muy fáciles de leer porque están muy separadas. Esto permite que los padres de los niños cuyos hijos se han quedado ciegos puedan leerles estos cuentos”.

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