Reportaje | Campaña napoleónica en Galicia (4)

Reportaje | Campaña napoleónica en Galicia (4)
Recreación de la Milicia Urbana de A Coruña 2010, Jardín de San Carlos

Nueva entrega sobre hechos ocurridos en la ciudad a comienzos del siglo XIX.

 

16 de enero de 1809. John Moore convoca a la ciudad

En este Ayuntamiento, se hizo presente un oficio del Reino, en el cual dice: Teniendo que manifestar un asunto de la mayor importancia, espera se servirá la Ciudad concurrir con cuatro Regidores, dos Diputados del común y los Procuradores general y personero, al anochecer de este día a Palacio,  que el señor Corregidor no haga favor con los demás señalados a la hora expresada. Visto por la Ciudad, acordó nombrar para dicha comisión a Antonio María Varela, Francisco Romero, Fabián López, Félix de Pazos, José Tapias y Diego de Pazos, Diputados de Abastos. Manuel García y José Magdalena, sindico general y personero. Los cuales partieron al Reino. Al volver, dijeron que el General inglés Moore, había hecho presente al Reino que la venida de los Ejércitos de SM Británica a España, había sido para protegerla y auxiliarla, creyendo que en ella había más Ejércitos, más auxilios y más patriotismo, mediante nada de esto había encontrado en este Reino, había resuelto reembarcar con su Ejército, que este guardaría la mejor disciplina y que esperaba no se le incomodase por parte de los vecinos, con lo cual se evitarían perjuicios. La Ciudad, sobre esta materia nada tiene que resolver.

 

17 de enero de 1809. Los ingleses abandonan la ciudad

En este Ayuntamiento, teniendo presente que hasta ahora con motivo de hallarse el Pueblo lleno de ingleses y apoderados estos de las guardias de la Plaza, no obstante, de haber anunciado el Reino, en la noche de ayer, que iba a reembarcarse. Mientras el Ejército francés se acerca a los muros de la plaza. Dieron principio a su reembarco los ingleses, sin abandonar las guardias. Acordó la Ciudad hacer Diputación al Gobernador de la Plaza, que el Ayuntamiento se halla formado desde las siete de la mañana, que su señoría podría disponer lo que gustase. Partieron en Diputación, Francisco Romero y José Sanjurjo. Al volver dijeron, el Gobernador había dado gracias y manifestaba que por ahora nada necesitaba y para lo que ocurriese contaría con la Ciudad.

 

18 de enero de 1809. Capitulación de la ciudad

La Ciudad, una vez consumado el reembarque inglés, entendiendo se trata de Capitular la plaza por el Gobernador, fundado en que no hay tropa que la defienda y que los naturales no son capaces de su defensa sin quedar comprometidos a los efectos temibles de un asalto, tan fácil, cuanto, la muralla de la Puerta de la Torre ó intermedia, se halla abatida y forma una especie de escala, por otra parte, los trabajos hechos en ella, se avistan claramente desde las alturas, no ofrecen defensa alguna, a no ser personal. Acordó la Ciudad manifestar al Gobernador, en caso de capitular no deje de proponer algunas condiciones de menor daño posible del pueblo. Cuales son; la de que este no quede sujeto a practicar o sufrir contribución alguna, ni más alojamientos que los de ordenanza, que no haya más guarnición que la precisa y esta esté acuartelada. De manera que no cause perjuicio al vecindario, para evitar todo de disgusto entre tropa y vecinos ó algún pretexto de parte de aquellos para preparar un saqueo ú otra vejación. Se adopten todas las medidas precautorias que parezcan conducentes, y finalmente, se trate el asunto con toda detención conveniente, evitando perjuicios a un vecindario que tan digno es de toda consideración. Fueron en esta comisión, Antonio María Varela y José Sanjurjo, al restituirse, aseguran que el Gobernador, tendría presente las observaciones que le proponían y se le pusiese por escrito.

 

Mismo Ayuntamiento. Varios marineros se dedican al robo

Varios marineros se dedican a robar los barcos que habían varado en la fuga de los ingleses, se paso aviso al Comandante de Marina, para que evite este desorden, por los medios que sirva.

Mismo Ayuntamiento. Alhajas.
Algunas personas habían dado algunas alhajas con destino a que se invirtieran en zapatos para el Ejército y hace pocos días, a esta gente se le entregó varios pares de zapatos existentes en las Casas Consistoriales. Acordó la Ciudad, aporten ó devuelvan a sus dueños y los zapatos a los soldados españoles que se presenten, a fin de evitar que caigan en manos de los franceses. 

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