A Coruña se prepara para crecer con el nuevo barrio de Monte Mero, que esta semana ha dado sus primeros pasos para ser una realidad. Estará ubicado entre la avenida de Alfonso Molina, Xuxán, la calle Lázaro Cárdenas y la Ciudad de las Tic. De este modo, este lugar pasará de ser una zona eminentemente rural a una totalmente urbanizada.
El plan de la Xunta prevé la construcción de 3.255 viviendas de protección oficial (el 80% del total) y 736 de venta libre (el 18,08%), es decir, entre ambas hacen un total de 4.025. El ámbito contará con una superficie total de 402.520 metros cuadrados, es decir, será más grande que el Orzán y Pescadería juntos.
Esta actuación forma parte de la Estrategia Gallega de Suelo Residencial desarrollada por el Ejecutivo autonómico para urbanizar suelo para 25.000 viviendas en toda Galicia, de las cuales 20.000 serán protegidas. La previsión del Gobierno gallego es que las obras estén en marcha en 2028.
La ordenación propuesta incluye viviendas de tres tipologías diferentes: de baja, media y alta densidad. En el caso de esta última, se dispondrán en manzanas asociadas al vial principal perimetral del ámbito, de carácter puramente urbano, con mayor conectividad y que conforma el eje de actividad del ámbito.
“Se configura como la fachada urbana de la propuesta y como la imagen de la ciudad en su acceso principal (la avenida de Alfonso Molina)”, asegura la documentación técnica. La propuesta hecha a por el Ejecutivo gallego propone la construcción de trece inmuebles de estas características. Tendrán entre nueve y trece alturas.
Según asegura el proyecto, se propone “una tipología de volumetría flexible, con alturas variables, que favorezca la composición volumétrica de la trama urbana, las orientaciones de las viviendas y la riqueza espacial, y se complementa con usos terciarios en sus plantas bajas”. En esta zona todas las manzanas son de vivienda de protección.
La Xunta establece que las manzanas de la zona central del ámbito, situadas en terrenos con cotas más elevadas, tendrán una ocupación media del suelo, con seis alturas de media. En este caso, solo habrá uso residencial.
La trama configurada en esta zona está basada en el trazado de los caminos existentes, buscando vías sinuosas, que favorezcan el calmado del tráfico y que, por tanto, configuren un “ambiente urbano de carácter residencial, asociado a la red de espacios libres propuestos y a las vías interiores de coexistencia, favoreciendo un ambiente de calidad espacial, natural y tranquilo”, según afirma la propuesta.
En esta zona, los bloques residenciales contarán con espacios ajardinados privados en planta baja, derivado de la menor ocupación del suelo. Se compone de nueve bloques de viviendas, de seis alturas, salvo uno, que será de 13. Todos serán de carácter libre, exceptuando dos, que serán de protección oficial.
En esta parte se incluye la parte más próxima a Pedralonga, que contará con una tipología similar a la de densidad media, pero con la peculiaridad de que se abre al borde costero de la ría del Burgo, por lo que se reducen un poco más las alturas medias a planta baja y tres plantas altas, formando la fachada urbana a la ría y adaptándose a las edificaciones existentes en esa zona.
En este caso, los edificios se compondrán de viviendas de carácter libre, exceptuando una manzana, que será de pisos de protección.
Según afirma el Gobierno gallego, “se dispone de esta manera un conjunto ordenado y permeable, que cuenta con una red de movilidad eficiente y variada, fomentando la apertura de vistas y el aprovechamiento de las buenas orientaciones, generando una riqueza volumétrica y espacial en la que las zonas verdes centrales funcionan como ejes vertebradores y funcionales de todo el conjunto”.
El plan diseñado por el Ejecutivo autonómico propone que en la ladera sur del Monte Mero se ubiquen viviendas unifamiliares. Se compone de cuatro hileras de viviendas que permiten la disposición de estas casas dentro de este ámbito.
Esta zona está destinada inicialmente al realojamiento de los residentes de las viviendas de carácter disperso, actualmente existentes dentro del ámbito.
En relación al aprovechamiento de uso terciario, la propuesta de la Xunta establece que estas actividades “se establecen repartidos en gran parte en las manzanas de uso residencial de mayor densidad, asociadas al cinturón perimetral que conforma la vía principal del ámbito, para disponer en sus plantas bajas un conjunto de actividades comerciales, terciarias, dotacionales y de servicios que completen el ambiente urbano”.
Además, se disponen dos franjas de uso exclusivamente terciario en la zona central del ámbito en el acceso desde la Avenida Alfonso Molina, favoreciendo su accesibilidad y la conectividad con el propio ámbito y su entorno, según recoge el plan hecho público esta semana.