La calle de Simón Bolívar se ha convertido en un punto negro para la circulación en el barrio de Los Rosales. Ya sea por lo complicado del giro con ‘zanja mortal’ o por la falta de visibilidad en su confluencia con la calle de Emilio González López, los vecinos se han acostumbrado a contar incidentes con cierta asiduidad. Para ponerle remedio a la situación, la asociación que representa a los residentes presentó por registro una solicitud para la instalación de un espejo cóncavo por parte del Ayuntamiento.
El principal problema en las incorporaciones es que el número 12 de la calle de Emilio González López, en el cruce con Simón Bolívar, se encuentra en una cuesta arriba con un muy limitado campo de visión. Eso dificulta las maniobras de los vehículos en cualquiera de los dos sentidos.
Durante el pasado año, varios vecinos comunicaron los problemas provocados en esa misma zona por la zanja de pluviales sin cubrir y que provocó situaciones curiosas, como el de una conductora desesperada que, fruto de la ansiedad provocada por ver su coche atrapado, lo dejó allí abandonado sin ni siquiera pedir ayuda. Además, se convirtió casi en norma ver cómo aquellos menos familiarizados con la zona protagonizaban incidentes de diversa gravedad.
Algunos vecinos decidieron actuar por su cuenta y ponerse en contacto con la Concejalía de Urbanismo para explicar la situación. La voluntad, tanto a nivel asociativo como individual, es presentar un informe con una descripción de las incidencias vividas a lo largo de los últimos años.