11º-23º
sábado | 20 abril | 2024
La traca final de las fiestas de María Pita, lejos de decaer en intensidad, tuvo ayer dos puntos distantes en lo geográfico y en la temática, pero igualmente festivos y concurridos. Mientras Novo Mesoiro entró en su segundo día de celebraciones, la tradicional romería de Santa Margarita dio inicio a un intenso programa. Eso sí, el parque lleva siendo escenario de celebraciones durante prácticamente todo el mes.
No encontraron mejor forma los vecinos de Novo Mesoiro para hacer la digestión de los mejillones del pasado jueves que una nueva edición del Denome Rock, un festival de metal en el que el trash, estilo creado por Metallica en los 80, y el un metal, de inicio del siglo XXI, tuvieron en las bandas locales Aphonic, Strikeback y Morgen a sus ejecutores. El ritual fue por el libro: Melenas al viento, cuernos al aire y una camaradería que solo entienden los fanáticos. Mientras, los más pequeños se lo pasaron en grande en las atracciones, lo que dio una mezcla curiosa de reggaeton y metal que ni el más atrevido productor musical sellaría. A media tarde la fiesta ya había tenido ritmo con las danzas africanas que intentaron aprender los niños del barrio.
A las nueve de la noche dio comienzo un ceremonial coruñés tan célebre como el parque que le da nombre. La romería de Santa Margarita apostó por la música folk para su estreno, en un evento denominado Gran Noite do Folclore y en el que se sucedieron los grupos de sonido tradicional Eidos, Cantigas da Terra, Maghúa, Aturuxo, Donaire y Son D’Aquí. Una vez más, el anfiteatro rozó el lleno, con un público ecléctico en cuanto a edades y gustos musicales. Se trataba más de celebrar lo propio que de buscar matices o diferencias.
Sin embargo, la actuación de los grupos de música tradicional fue solamente un anticipo de la gran romería, en el más estricto sentido de la palabra, que podrá disfrutarse a lo largo del día de hoy. Habrá tres puntos neurálgicos y propuestas desde las once de la mañana.
Por su parte, Novo Mesoiro hará una apuesta a caballo entre el ocio familiar, incluida una charanga una versión veraniega del carnaval, con la verbena más tradicional hasta altas horas de la madrugada.
