Tras años en el periodismo y en la investigación, y una incursión en el ensayo (‘Mala Cosecha’), Natalia Monje se estrena en la novela con ‘Los santos salvajes’ (Espasa). Se trata de una obra ambientada en Galicia cuyo hilo conductor son los “cambios en las mentalidades, cambios en circunstancias materiales como el clima, o incluso mutaciones en la naturaleza” y cómo “son capaces de crear cambios en las mentalidades y como estos cambios provocan nuevos cambios en los comportamientos y en las cuestiones materiales”, explica la propia autora.
De este modo, “fui reuniendo distintas historias que ya conocía, que fui investigando, con algún componente mágico, pero tiene muchas historias reales”, comenta Monje. Estas historias se fueron “ensamblando” hasta acabar con “este volumen de 600 páginas, que es un poco una locura”, asegura riendo y recordando que hoy en día, es un libro largo.
Es una novela en la que la cultura de la oralidad de la Galicia del pasado cobra vida. Una cultura oral a la que la propia Monje ha tenido que recurrir para encontrar las historias, recorriendo pueblos y preguntando a sus gentes.
La trama de la novela se pone en marcha en un otoño más cálido de lo normal en el que se empiezan a dar “cambios en la naturaleza, nuevas plagas... todo motivado por modificaciones en el clima que crean inquietud en las personas, mientras se secan los embalses y emergen los pueblos bajo ellos, y con ellos todos sus secretos”. Con esta puesta en marcha emergen también los elementos del pensamiento mágico, indica la autora.
Recuerda Monje que, durante la investigación para la obra, salían a la luz historias como las curanderas que curaban la ‘enfermedad del aire’. “Estas cosas perduran y hay que buscar un poco, pero en los momentos de crisis, hacen que la gente se vuelva un poco hacia lo oculto y busque explicaciones en otras cosas”, apunta, recordando que pasó algo similar con el covid-19, “que empezaron a emerger teorías conspiratorias, que son también una especie de pensamiento mágico”. “Ante el descontrol, siempre necesitamos ordenar nuestra realidad, si lo que es seguro se invierte, podemos llegar a creer en cualquier cosa”, añade la escritora.
Natalia Monje añade que “conocemos mucho” la Santa Compaña, pero no tanto otras historias como “la maldición de la sangre”. “Hay muchas historias tenebrosas en la cultura tradicional gallega que me daban ese contexto ideal para enmarcar la historia y darle esos toques terroríficos. Me gusta mucho tratar el terror porque, como emoción conecta mucho”.
Hilando de nuevo con las historias mágicas del pasado y las teorías conspiratorias de la actualidad, asegura Monje que “me apasiona el tema y cómo se crean las falsas realidades y los recuerdos falsos a base de repetición”. “Aunque pensamos que somos muy racionales y muy lógicos, en realidad todavía convive cierto pensamiento mágico en nosotros”, reconoce.
Recordando cómo han evolucionado las historias del imaginario colectivo, señala que “fabular sobre ciertos casos es una forma también de aprender y analizar la historia”. El proceso de novelar “me ha encantado” y ya plantea futuros temas, “pero habrá que ver si esto funciona”.