Miembros de una empresa privada “desokupan” por primera vez una vivienda en la ciudad

Miembros de una empresa privada “desokupan” por primera vez una vivienda en la ciudad
Agentes de la Policía Local mediaron para calmar al afectado, indignado por la intervención | javier alborés

El número 19 de la calle de Dolores Rodríguez Sopeña, en la Sagrada Familia, ha sido el escenario de la primera intervención privada contra una supuesta “okupación” en A Coruña. A las nueve de la mañana, aprovechando que la casa estaba vacía, empleados de la empresa Micasanoeslatuya cambiaron la cerradura y montaron guardia en la entrada. A las 10.15 horas apareció el supuesto okupa, un pintor que aseguró estar en posesión legal de la vivienda, trató de entrar a la fuerza, fue rechazado a empujos y llamó a la Policía, que acudió poco después. A pesar del alboroto montado, acabo marchándose. “Ha sido un trabajo muy fácil. Por nuestra parte, el expediente está cerrado”, declaró Rubén López, portavoz de Micasanoeslatuya.  

Llevaban días espiando la zona para enterarse de los hábitos del supuesto okupa que, al parecer, ni siquiera vivía en el inmueble, que reunía tres viviendas. El afectado aseguró que le había sido legada la propiedad por su difundo dueño, después de que este hubiera muerto, así como su hijo, y que quienes la reclamaban ahora eran parientes lejanos. “Tengo los papeles que me firmó aseguraba”.

La empresa, por su parte, afirma tener un poder de los herederos y estar actuando bajo el paraguas de la legalidad. El ocupante intentó entrar en la casa varias veces, pero fue rechazado. Tras calificar de “matones” y “macarras” a los hombres que le impedían el acceso al inmueble, prometió que los denunciaría a todos y que dormiría esta noche en la casa (algo que no ocurrió).

Examen policial

Al lugar acudió primero la Policía Local, que trató de hacerse una composición de lugar. Un guardia de seguridad con licencia realizaba el control de entrada, pero permitieron a los agentes que entraran para comprobar si existencia “vocación de residencia”. Es decir, que si había huellas de que alguien viviera en el interior. Salieron poco después, cuando ya había llegado la Policía Nacional, que tampoco tomó medidas

Para entonces, el pintor, se había marchado a presentar la denuncia en al comisaría. “Esta casa es mía. Llevo aquí desde cuando se hizo. Cuando murió el jefe ya me había avisado. Por eso los papeles de la herencia las tengo en otra casa”. El afectado asegura que cuidó a la pareja mayor que era propietaria de la casa y que por eso le habían dejado el inmueble en herencia. “Me hizo un papel y lo tengo, y nadie estuvo aquí nadie más que yo. Empecé como alquilado, y luego me la dejó, pero no lo tengo aquí porque me advirtieron que “cualquier día  te mandan estos tíos de la privada y te hacen esto’”, recuerda el pintor, que no entendía como “estos matones les dan permiso para abrir la puerta sin autorización judicial” e insistió en que le parecía “denigrante” y aseguró que vivía allí, al tiempo que insistía en que nunca le pidieron ninguna documentación. “Que lo dictamine un juez”, reclamó.

Sin acuerdo

Por su parte, el portavoz de la empresa, reconoció que el supuesto okupa había cuidado a la pareja de ancianos pero aseguran que “él se había quedado con el edificio” y que los legítimos herederos se habían puesto en contacto con él, pero que no había querido llegar a ningún tipo de acuerdo.

Después de asegurar la casa, instalaron una alarma conectada a la Policía Nacional, para prevenir futuros allanamientos y entregaron las llaves a sus legítimos propietarios.

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