Durante tres días, la versión de ‘Carmina Burana’ de La Fura dels Baus tomará el Palacio de la Ópera (del 9 al 11 de mayo). Una adaptación única, que no deja indiferente a nadie allá donde se representa, algo que destaca uno de sus intérpretes, Lorenzo Moncloa, quien manifiesta que esta creación “utiliza la obra de ‘Carmina Burana’ como base musical para emocionar a todo el mundo durante 90 minutos”.
Probablemente, mucha gente haya escuchado ‘Carmina Burana’ antes, ¿qué es lo que diferencia a la adaptación de La Fura dels Baus?
Normalmente, ‘Carmina Burana’ se representa en modo concierto, es decir, todos los coros en el escenario, muy quietecitos, con la orquesta, detrás de una partitura cantando todos. Sin embargo, esta propuesta de La Fura dels Baus es llevar al espectáculo a cómo lo concibió Carl Orff, que lo concibió como un espectáculo. Lo que hemos hecho es eso, darle a esos textos que escribieron los goliardos, esos monjes que descubrían que la vida era algo más, que sentían unas pulsaciones muy físicas, lo que está en esos escritos que musicó Carl Orff. Lo hemos pasado a una visualización, haciendo un espectáculo que intenta despertar los cinco sentidos para que el espectador siempre esté descubriendo algo que le lleva a una nueva sensación.
¿Cuál es su rol?
Digamos que soy un poco ese representante de los goliardos, ese monje un poco lascivo que ha salido ya proscrito, porque la propia iglesia, cuando alguno descarriaba, lo llamaba al orden. Soy uno de esos que disfruta de la bebida, de las mujeres, que está ávido de esas sensaciones terrenales. Todo esto, con una partitura difícil de cantar y, además, en esta propuesta de La Fura, difícil incluso de interpretar, porque lo mismo estoy dentro de una cisterna, que estoy a cinco metros del suelo, no se le puede pedir más (sonríe).
Es un reto como artista...
Totalmente, totalmente. Es un reto a rodos los niveles: físico, vocal, interpretativo... total (ríe).
Hasta ahora, ¿cómo responde el público que ha visto la obra?
Creo que no hemos visto una función donde el público no nos haya despedido puesto en pie. Es increíble la aceptación que tiene la propuesta. Hay gente que salta como un resorte cuando terminamos el bis del ‘Oh Fortuna’. Cuando la cantamos al final, toda la compañía en el escenario, es un subidón que nos transmite el público y que acaba en una comunión perfecta. Todo el mundo lo disfruta.
Su vínculo con la música viene de varias generaciones que se habían dedicado ya a la zarzuela.
Vengo de una familia de tres generaciones, ya cuatro, dedicadas al teatro musical, nuestros antecesores, y yo mismo, a la zarzuela. Para nosotros es un orgullo pertenecer a esta familia. Por ejemplo, mi madre, la maestra Dolores Marco, fue una de las primeras directoras de España y su carrera le valió una calle en Madrid, pese a que era catalana. Nos inculcó a todos disfrutar del escenario y tenerle mucho respeto para transmitir al público lo mejor.
En su caso, es director e intérprete y ha participado en diversos musicales. Si tuviera que quedarse con una obra favorita, ¿cuál elegiría?
No tengo favoritos en nada, porque a todo lo que hago, a todo lo que veo, le extraigo algo positivo. Hay tantas cosas que disfrutar en la vida que sería injusto decirte ‘este es mi favorito’. Como dices, he hecho musicales importantes, óperas, zarzuelas, espectáculos como este ‘Carmina Burana’... y todos los he disfrutado y me han aportado algo. La vida te regala mucho si lo sabes apreciar.