Llegar a vivir de la música es el sueño de Lara Diz, una betanceira de 22 años que pasa su vida entre las aulas del Conservatorio Superior y la barra de una vinoteca del casco histórico brigantino, donde trabaja desde hace un año para pagar “los miles de euros que cuestan los clarinetes”. “Empecé a trabajar porque no quería que mi familia tuviese que pagar todo”, explica Diz, que el mes que viene viajará con el Club de Leones Decano a La Palma para participar en un concurso nacional de clarinete y, si gana, estará en la fase europea en Burdeos.
Es la primera vez que acude a un certamen de este tipo, aunque lleva tocando el clarinete desde los nueve años, cuando se enamoró de Lisa Simpson tocando su saxofón. “Le rompí la cabeza a mi madre dos años para que me apuntase a clases y Juan Ferrer, solista de la Sinfónica de Galicia [y que fue director del Conservatorio de Betanzos], me dio a escoger entre saxo o clarinete. A día de hoy veo que escogí la opción correcta”, comenta la joven.
En su familia no hay precedentes musicales pero siempre la han apoyado, dice, y destaca del clarinete sus matices y lo especial que resulta transmitir sentimientos a través de la música. “El clarinete le da un timbre muy bonito a la orquesta y tiene solos espectaculares”, indica.
De lunes a viernes acude cada día al Conservatorio, donde pasa más de diez horas –más las que estudia por su cuenta–, y los fines de semana trabaja en el bar Versalles de Betanzos, municipio en el que también imparte clases en la escuela Clave de Fa. Por si fuera poco, también forma parte del Xacobeo Clarinet Ensemble. “Llega un punto que es muchísima saturación, porque el fin de semana la gente descansa y yo llego al lunes sin haber descansado lo suficiente, además de que el fin de semana aprovecho para pasar tiempo con mi novio y mis amigos”, indica la clarinetista.
Entre sus compositores favoritos están Rajmáninov y Brahms y sobre sus mentores con el clarinete elogia a los que fueron y son sus profesores: Juan Ferrer, Nilo Jesús García Armas, Xocas Meijide y Uxía Bolaño. “El gran sueño es tocar en la Orquesta Sinfónica de Galicia, que para los que estamos aquí es la meta más alta, es un privilegio tener esa orquesta aquí”, apunta Lara Diz, que cursa el tercer curso del Conservatorio Superior y que cuando termine cuarto querría estudiar un máster de interpretación.