La isleta de la plaza de Pontevedra, en A Coruña, busca nueva imagen

La isleta de la plaza de Pontevedra, en A Coruña, busca nueva imagen
El Wok Two, en la plaza de Pontevedra | Javier Alborés

Una reforma y un local en alquiler. La isleta de la plaza de Pontevedra busca renovar su imagen y contenido. Con cuatro locales disponibles, tres de ellos tenían actividad hasta hace escasas semanas. Las dos piedras angulares de este espacio comercial –la cafetería Manhattan y el Wok Two– resisten, pero esta última ha sorprendido esta semana a los jóvenes que acuden en masa cada noche a por tallarines, arroz o sushi: está cerrado por reformas hasta el 4 de mayo. 


Un cartel colgado en la cristalera del establecimiento anuncia que, debido a un nuevo lavado de cara que se está llevando a cabo, desde el pasado 20 de marzo y hasta el 4 de mayo incluido no habrá actividad. El islote de la plaza de Pontevedra, por lo tanto, tendrá que esperar más de un mes para volver a recobrar las colas que cada noche se forman en la puerta de este local de pocos metros cuadrados, que ofrece comida china tradicional y asiática a un precio económico. 


Esta reforma llega más de tres años después de que un coche se empotrase contra la fachada del restaurante, destrozando su cristalera y causando numerosos desperfectos en su interior. Por aquel entonces los asiduos al local ya lamentaban el suceso y la espera por volver a disfrutar de su oferta gastronómica, algo que ocurre ahora, y es que ayer varios jóvenes se acercaban al lugar dispuestos a comer sin saber que se lo encontrarían cerrado.

 

Nuevo futuro


El otro establecimiento que busca nuevo futuro es el que hasta hace pocos días era la pizzería Harlem, un negocio que abrió sus puertas dos días antes de decretarse el estado de alarma en marzo de 2020 y que, tres años después, ha cesado su actividad. Los inicios fueron complicados, pero una publicación en redes sociales hizo que este negocio pudiese salir adelante durante el confinamiento gracias a los pedidos a domicilio. La propietaria del bajo es conocida por todos los estudiantes del Eusebio da Guarda y este mismo miércoles se encontraba en el lugar colgando el cartel de “se alquila”. 


Esther Rey, antigua cara visible detrás del mostrador, vendía gominolas a los jóvenes en lo que antes era este local: Gusy. Decenas de generaciones de estudiantes pasaron por este bajo para comprar chucherías en los recreos o salidas de clase, y ahora otra persona tomará el relevo para dar vida a esta manzana con vistas a la paloma de Picasso. 

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