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jueves | 25 abril | 2024
El periódico del 11 de septiembre llevaba a portada el cierre de las listas "de la renovación y la unidad" por parte de Fraga y las reivindicaciones y los rezos para recordar el aniversario del desastre de Bens.
No hubo "procesión" hasta el vertedero para conmemorar el primer aniversario de su caída. Cinco colectivos vecinales y deportivos de O Portiño y periferia pretendían hacer ruido con una manifestación que concluiría en el basurero. Un problema burocrático lo impidió: "Pedimos el permiso siete días antes a la subdelegación del Gobierno y había que hacerlo con una antelación de diez", explicó el portavoz de los grupos convocantes, José Ramón Calvete. Finalmente, decidieron variar sus planes "para evitar problemas" y realizar una concentración en lugar de una manifestación. Por si acaso, la Policía Nacional acudió en gran número. "Es un despliegue inusitado, no somos Herri Batasuna", clamó el portavoz vecinal.
Sabido es que tras la catástrofe de Bens el Ayuntamiento se reconvirtió a la fe ecologista. Precisamente, en estas señaladas fechas anda haciendo proselitismo de su futuro sistema de tratamiento de las basuras, que "será un ejemplo a seguir por todo el mundo", proclaman, con una inmodesta contundencia, los ediles. Pero ¿y la ciudadanía? Encuestas aparte, desde el 22 de mayo del pasado año lucen en las aceras los contenedores de papel y vidrio. Un mes después del suceso, los puntos verdes se llenaron como nunca. La caída de vidrio se incrementó en un 39,2% y, la de papel, un 27%, y la de pilas, un 19,1%. En total, el incremento es del 28,4%. En cuanto a la nueva planta para tratar los residuos, ocupará igual superficie que diez campos de fútbol.
Carlos Touriñán es el responsable de la agrupación local de Protección Civil del Ayuntamiento de La Coruña. Lleva cuatro años trabajando en el entorno de las playas y se prepara para clausurar la campaña de verano. Han sido tres meses repletos de actividad que culminarán con un simulacro en la playa del Matadero. El balance, dice, ha sido muy positivo, sin tener "que lamentar ninguna víctima personal a falta de dos días para levantar el operativo". Sin embargo, ha habido más incidencias: "Hemos tenido treinta y cinco rescates por socorrista, sobre todo en la zona entre Matadero y Orzán, donde este año se han creado unas corrientes naturales subterráneas que no se aprecian a simple vista pero nos han traído muchos problemas". Pero este año "se han llevado la palma las picaduras de escarapote, con casi mil intervenciones", con el 80% de los casos en la playa del Orzán. El peor recuerdo del verano ha sido "la decisión de tener que cerrar las playas", cuando "por primera vez todos los arenales de la ciudad" tuvieron que ser cerrados en la etapa estival.
