Las celebraciones por el título de Liga del Deportivo se prolongaron durante varias semanas y en la jornada siguiente al triunfo ante el Espanyol el equipo ofreció el campeonato a la Virgen del Rosario y luego visitó María Pita para la recepción municipal. Más de 50.000 coruñeses abarrotaron la plaza y sus aledaños para fundirse con los jugadores en otra fiesta por todo lo alto, como la de la noche anterior. Ese nuevo baño de masas protagonizó la edición de El Ideal Gallego tal día como hoy del año 2000. En 1975 se hablaba de la importante subida en las tarifas de los parquímetros para aparcar en el centro y en 1950 el diario daba cuenta, entre otros asuntos, de un accidente ocurrido en San Andrés, donde una joven fue atropellada por una camioneta.
Más de 50.000 coruñeses abarrotaron ayer, 20 de mayo de 2000, la plaza de María Pita y sus aledaños para aclamar a los jugadores del Deportivo. La plantilla, el cuerpo técnico y el consejo de administración acudieron a la recepción municipal ofrecida por el alcalde para festejar el título de Liga conseguido el viernes. Tras los discursos protocolarios, los jugadores correspondieron a los incesantes vítores de la que Francisco Vázquez definió como “la ciudad más feliz del mundo”. Con anterioridad, Augusto César Lendoiro, en nombre del club, ofreció el campeonato a la Virgen del Rosario, patrona de la ciudad.
Mientras, en Carballo, envuelto también en la fiesta por el triunfo deportivista, casi sucede una tragedia al estallar un cohete contra un edificio en la céntrica calle Salud ocasionando importantes daños en varios inmuebles de la citada arteria, así como en algunos vehículos estacionados en la misma. Los hechos tuvieron lugar en los instantes en que acababa el partido de fútbol de Riazor. Una persona no identificada que portaba un brazado de cohetes lanzó al aire uno de ellos con tan mala fortuna que colisionó con una cornisa o pared de un inmueble, rebotó y circuló por la calle hasta estallar a la altura del primer piso de una casa. Por suerte, no hubo daños personales, sólo materiales.
El que quiera aparcar en el Cantón o en Durán Loriga, donde existen parquímetros, le costará caro, si es que el Pleno aprueba un acuerdo de la Comisión Permanente, por el que se modifican las tarifas, hasta ahora vigentes. Nada menos que a duro (cinco pesetas) el cuarto de hora de aparcamiento, cuando ahora costaba una rubia (una peseta). La tasa municipal se ha multiplicado por cinco, que es algo más del coste de la vida, oficialmente reconocido.
Efectivamente esa peseta de ahora era una cantidad bastante baja, dado que por cuatro pesetas podíamos dejar estacionado el coche, en el centro mismo de la ciudad, durante una hora. Pero subir a veinte pesetas es algo más de lo que cobran los aparcamientos privados. Habrá que esperar al Pleno para comprobar el destino final que se le da a los parquímetros.
Una joven resultó atropellada ayer, 20 de mayo de 1950, por una camioneta en la calle San Andrés, al parecer sin lesiones de importancia, porque se negó a ser asistida en la Casa de Socorro. El miedo a la tormenta hizo que no entrara ningún buque en el puerto. Fue una jornada pasada por agua en la que, gracias a cuatro estrenos cinematográficos, la gente estuvo algún tiempo segura de no mojarse. También ayer, después de adquirir un billete de primera para Madrid, ya lejos de las oficinas de la Renfe, una señora se encontró con la desagradable sorpresa de que llevaba el bolso abierto y le había desaparecido el billete y mil pesetas.
En clave internacional, el general De Gaulle ha pedido la libertad del mariscal Pétain: “Por su pasado glorioso, Pétain debe ser puesto en libertad y permitírsele residir en un sitio honorable”.