La Ciudad Vieja fue testigo en los últimos años de dos grandes reformas pensadas para mejorar la calidad de vida de sus vecinos. La primera, en 2022, fue la calle Cortaduría. Las obras duraron siete meses hasta que la vía recuperó su esplendor.
La superficie sobre la que el Ayuntamiento realizó la actuación fue de 464 metros cuadrados y el motivo de la misma no fue otro que el mal estado y el desgaste que presentaban las losas anteriores. Los vecinos aplaudieron el respeto a las piedras históricas y pudieron, por fin, pasear por una calle en la que las caídas eran, hasta entonces, cosa habitual. La segunda reforma es más reciente y todavía podría decirse que está en periodo de garantía. La rehabilitación de la Casa Veeduría duró más dos años y fue compleja, hasta que el pasado mes de febrero fue presentada a los residentes del barrio. Ahora no solo sirve como centro cívico, sino también como sede provisional de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia).
El edificio, que cuenta con 3.878 metros cuadrados, fue reformado en profundidad durante los primeros años del siglo XX pero ahora la reforma fue mucho más profunda y afectó a las tres plantas (primera, segunda y semisótano).