Los furtivos se adueñan de la ría de O Burgo con la cercanía de la Navidad

Los furtivos se adueñan de la ría de O Burgo con la cercanía de la Navidad
Los mariscadores son una visión habitual en la ría, cuyos bancos marisqueros han estado explotando en solitario durante todo el año | Quintana

Ya se puede percibir en el aire la inminencia de esas entrañables fechas navideñas, y también en los restaurantes, que estos días no dan abasto con tantas cenas de trabajo. En medio de una subida generalizada de precios, los furtivos tienen vía libre para actuar en las aguas de una ría de O Burgo en la que hace un año que no faenan mariscadores con licencia, mientras continúan las operaciones de dragado de lodos. 


Desde la cofradía de mariscadores, con 78 miembros, critican esta situación: aseguran que los furtivos están más activos que nunca y que están centrándose en las zonas donde trasladaron la almeja para salvarla del dragado. Esas reservas con las que pensaban resembrar la ría cuando  se haya limpiado de lodos son las que están expoliando los furtivos, que actúan a plena luz del día aprovechando las mareas bajas.
 

Pero, además, los furtivos, como siempre ocurre por estas fechas, se vuelven más activos, y están aprovechando que tienen las manos libres para recolectar más almeja que nunca. “Levan incluso a cría”, se lamentan desde la cofradía. Esto es habitual en los furtivos, que no se detienen a seleccionar el marisco, como señalan los cofrades: “Non fan unha cribaxe A ameixa fina ten que ter mínimo catro centímetros, a babosa 3,8, o berberecho 3,5, pero non levan criba, o recollen todo”. Una vez lleno el capazo, se reúnen en el antiguo poblado de A Pasaxe, ahora prácticamente vacío, donde ponen los trajes de neopreno a secar y seleccionan el marisco que venden luego a restaurantes. 
 

Escalada de precios

Hay que tener en cuenta que los precios no dejan de subir a medida que se acercan las navidades, y la demanda ya es muy alta, puesto que la mayoría prefiere congelar el marisco antes de que siga subiendo. Si la almeja fina terciada suele subir a los catorce euros normalmente, estos días supera de largo los 20 euros y más si se tiene en cuenta el efecto de la inflación.  
 

Aunque han tenido que lidiar toda la vida con el furtivismo, los cofrades reconocen que se sienten preocupados: “Baixan con frecuencia seis, catro, oito, e están levando o marisco”. Aunque ellos vigilan de vez en cuando, no pueden enfrentarse a los mariscadores ilegales, y consideran que las autoridades no están haciendo todo lo que está en su mano para atajar el problema. Aseguran que llaman recurrentemente al centro de operaciones de Guardacostas en Santiago, pero que no tienen conocimiento de que se haya realizado ninguna redada a pesar del daño que causan los furtivos, no solo económico, sino contra la salud pública. 
 

La última que se conoce tuvo lugar en julio. Ese mes, el Eprona (Equipo de Protección de la Naturaleza) de A Coruña, en colaboración con Unidades de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, llevó a cabo una operación que se saldó con el arresto de una banda de siete furtivos que actuaban en A Coruña y Oleiros.   
En efecto, las normativas obligan a depurar todo el marisco que sale de la ría, puesto que sus aguas están contaminadas y está catalogada como zona B. Eso significa que todo el marisco extraído de ella tiene que pasar siempre por un proceso de depuración antes de su consumo, lo que ocurre solo cuando la extracción se realiza por medios legales. Obviamente, los furtivos no llevan su captura a una depuradora, y puede estar contaminada con alga roja, toxina lipofílica o amnésica. 

Los furtivos se adueñan de la ría de O Burgo con la cercanía de la Navidad

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