El sábado pasado, los coruñeses pudieron contemplar una visión que siempre les llena de inquietud: el helicóptero de Salvamento Marítimo volando sobre el mar. Aunque a veces se trata de simples prácticas, en aquella ocasión se trataba de una verdadera búsqueda. Estaban tratando de localizar a un veinteañero que podría haberse ahogado en la ensenada del Orzán. El helicóptero no se encontraba solo, porque por la bahía navegaba la Salvamar. Cuando se supo que el joven se encontraba sano y salvo en Pontevedra, tras el primer instante de alivio, a muchos se les pasó por la cabeza el desperdicio de dinero que había costado la búsqueda. Solo una hora supuso más de 60.000 euros.
En realidad, calcular cuánto cuesta un operativo de este tipo resulta muy complicado, porque depende de los medios que se empleen, claro está. Solo mantener en el aire durante una hora un aparato como el Helimer supone más de 40.000 euros, en combustible y personal. Y, como este nunca opera en solitario si es posible, hay que añadir el coste de la Salvamar, que puede rondar los diez mil euros.
Aunque la Xunta ha llegado a exigir el pago, no lo hace Salvamento Marítimo y tampoco los Bomberos
Esos fueron los medios que se pusieron en marcha el sábado, pero también colaboró el Grupo de Rescate Acuático (GRA) de Bomberos. Su lancha es más pequeña, y por lo tanto, gasta menos en combustible, pero también hay que sumar cientos de euros por los costes de la tripulación. La búsqueda se prolongó durante más de tres horas, y estaba previsto que se incorporaran por la tarde embarcaciones de la Guardia Civil y Cruz Roja.
Hay que tener en cuenta que algunos operativos pueden prolongarse durante días. El último fue en marzo, cuando desapareció un turista alemán durante un temporal. La víctima se había acercado a Punta Langosteira a contemplar las olas y tardó diez días en hallarse el cadáver.
Ante esta situación, muchos opinan que la gente temeraria o descuidada que dispara estas intervenciones debería pagarlas, para que el coste no salga del bolsillo del contribuyente. Pero, en realidad, esto solo ocurre muy rara vez. Por ejemplo, la Xunta ha pasado la factura del helicóptero del 112 a algún peregrino despistado y existe una tarifa oficial de rescate publicada por el Boletín Oficial del Estado.
Sin embargo, fuentes de Salvamento Marítimo aseguran que nunca lo han hecho. “Aplicamos la ley del mar”, señalan. Es decir, que quien necesita ayuda en el océano ha de ser auxiliado, sin reparar en gastos. Otra cosa es, matizan, que haya que remolcar una embarcación hasta puerto. Pequeña o grande, sí que se le pasa una factura, pero nunca cuando se trata de alguien que ha caído al agua.