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martes | 30 abril | 2024
Jamás en los últimos 15 años ha habido tantos coruñeses trabajando, y menos aún con semejante nivel de estabilidad en sus contratos. Tampoco se había logrado en ese tiempo rebajar, ni de lejos, la barrera psicológica de los 10.000 parados. Y es que los datos que arroja la última Encuesta de Población Activa (EPA) sobre la ciudad son históricos, los mejores de la década y de los que se tienen registros desde 2009. Es irrefutable, se mire por donde se mire y se meta por donde se meta el bisturí a la estadística.
A Coruña no es ajena a la tendencia nacional de creación de empleo estable, pero la mejora resulta si cabe más radical y positiva: mientras el Gobierno de Pedro Sánchez celebra bajar del 12 por ciento y sitúa en el 11,7 la tasa nacional el de Inés Rey pasa en solamente tres meses de un 9,5 a un 6,2 por ciento. Más de tres puntos porcentuales que cobran mayor solidez en el incremento también de los contratos indefinidos: de las 79.600 personas que disfrutaban de tranquilidad en el horizonte laboral hace tres meses se ha pasado a las 83.000. El golpe a la temporalidad es doble, pues los contratos con fecha de finalización cayeron de los 14.600 a los 13.000.
El tejido empresarial de la ciudad sigue soportando la inmensa mayoría de la producción laboral, aunque en este último tramo resulta curioso el avance y el papel del empleo público: más de 3.000 de los nuevos contratos se han firmado en la administración, ya sea local, autonómica y nacional. Los funcionarios crecen hasta casi los 25.000, en lo que supone un récord al mismo nivel de la foto fija de esta EPA. Decrece, ligeramente, el número de autónomos (300 menos) y de trabajadores del sector privado (1.400 menos).
Por otra parte, a pesar del tradicional peso del sector servicios, donde se generaron 1.400 nuevos contratos, puede considerarse que A Coruña también creció esencialmente desde su tejido industrial. Y es que es ahí donde más reconocible se hizo la buena salud del mercado laboral: del total de 9.600 trabajadores que actualmente están dados de alta, 2.000 han llegado en los últimos tres meses. Pierden fuerza, por su parte, tanto la construcción (1.800 profesionales menos), así como la agricultura y pesca, con cien vacantes respecto a la última Encuesta de Población Activa.
Son las mujeres las que lideran el mayor golpe al desempleo y la temporalidad, ya que mientras casi dos millares se reincorporan al mercado el número de hombres decrece en 300 respecto a la última EPA. Es si cabe más meritorio el desglose de los datos por realizarse sobre una población mayor de 16 años cada vez más reducida y menos activa.
La serie histórica ofrecida por el INE ofrece datos hasta el año 2009 y es con la perspectiva histórica cuando mejor se comprende la importancia de la última analítica: si bien la tendencia del desempleo es decreciente por tercer año consecutivo, y la pandemia había supuesto también un frenazo a una situación semejante, las cifras anteriores duplicaban o casi triplicaban la cifra de 7.500 parados.
Algo semejante sucede con la contratación indefinida: supera en casi 10.000 la cifra media de la misma serie histórica.
