A Coruña se echó a las playas por primera vez en septiembre

A Coruña se echó a las playas por primera vez en septiembre
La playa de Riazor volvió a llenarse por el buen tiempo | Pedro Puig

La muy coruñesa costumbre de desafiar el frío, el viento o la lluvia para disfrutar de la playa quedó por fin aparcada por una tregua en forma de fin de semana soleado, el primero de todo el mes de septiembre. Los arenales de la ciudad se llenaron nuevamente para aprovechar un día en el que los termómetros alcanzaron los 25 grados y en el que las nubes pasaron a mejor vida. 
 

La diferencia respecto a los días más masivos de verano, una estación que se despedirá en breve, es el hecho de que los pequeños ya han regresado al colegio y los adultos, muchos de ellos, ya no están de vacaciones. 
 

Algunos de los que no se animaron a poner un pie en la arena aprovecharon para pasear o hacer deporte por el Paseo Martítimo, ya que la brisa y el viento atenuaron notablemente el calor a lo largo de toda la jornada.
 

Será, nunca mejor dicho, un pequeño oasis de felicidad en medio de una previsión de ecuación sofocante: Lluvias continuadas con calor todavía veraniego desde el lunes y, según las previsiones, hasta al menos el miércoles. Mañana la temperatura máxima podría llegar a los 28 grados, con las nubes todavía a la espera para descargar a partir de la madrugada o, en el peor de los casos, al caer la tarde. Es decir, la de mañana podría ser una de las últimas jornadas estivales de playa, toda vez que solamente quedan diez días para llegada del otoño.
 

Últimos días de vigilancia

Si la de mañana podría ser la última jornada de baño y bronceado del verano, en el sentido más riguroso, lo que es seguro es que se trata del servicio final del servicio de socorristas, toda vez que el próximo jueves día 15 se acaba una temporada que dio comienzo el pasado 15 de junio. Se trata de un periodo más amplio del habitual, ya que tradicionalmente el final del mes de agosto coincidía con el cierre de las casetas y los puestos de vigilancia. 
 

La falta de precipitaciones ha sido la constante durante prácticamente todo un verano que no solamente ha acercado a los coruñeses a las playas con normalidad y asiduidad, sino que también fue notable la presencia de turistas, que se beneficiaron de la amplia oferta de arenales con bandera azul en toda la ciudad. 
 

Como es habitual, fueron la playa de Riazor y el Orzán las de mayor afluencia, aunque en As Lapas y San Amaro también escaseó el espacio libre conforme se acercaba la hora de comer. Ese pequeño placer para muchos de tirar de tupper o bocadillo y compartir el momento en las redes sociales quedó patente de nuevo en hora punta.  Por otra parte, los que optaron por encontrar la tranquilidad o su espacio en las playas del área metropolitana se encontraron con una congestión notable de tráfico tanto a mediodía como en su particular operación retorno, especialmente en la carretera que atraviesa Bastiagueiro.

A Coruña se echó a las playas por primera vez en septiembre

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