La ciudad se recupera de los efectos de un temporal que puso al límite a los Bomberos

La ciudad se despertó ayer con la resaca del temporal que había padecido el día anterior, con más de cuarenta incidencias por el fuerte viento del sur que había traído el temporal. Durante todo el día alerta naranja, pero no se produjo ninguna incidencia, de manera que los técnicos pudieron examinar los destrozos en lugares como el pabellón deportivo de campus de Elviña, donde una ráfaga arrancó parte del tejado de  las gradas o la propia estatua de María Pita, que perdió parte de su lanza cuando el iglú del poblado navideño, salió volando por los aires y envolvió su figura.  

La alcaldesa, Inés Rey, prometió que la efigie de la heroína de la ciudad recuperaría su arma cuanto antes. La mayoría de los daños fueron menos graves, según los servicios de emergencia que reconocen que aunque hubo más de cuarenta incidencias, todas ellas son consideradas de escasas importancia: contenedores desplazados por el viento que golpean coches, chapas de uralita, objetos de terrazas, cornisas, etc.

Barrios afectados 

Los barrios más afectados de Matogrande, Novo Mesoiro, Zapateira, Xuxán, Eirís de Arriba o la avenida de Finisterre en su parte más alta, mientras que Monte Alto, un barrio más expuesto a los elementos, no se vio afectado, debido precisamente a la dirección del viento. En todo caso, se trata de uno de los temporales más dañinos de los últimos cinco años, según confirman los servicios de emergencia. 
 

Hay que tener en cuenta que se registraron rachas de viento de 112 kilómetros por hora en punta Langosteira. Por otro lado, durante el día de ayer, aunque los vientos no soplaron con tanta fuerza, el cielo sí descargó una lluvia intensa en varias ocasiones, de manera que al agua acumulada en los pluviómetros de la Torre de Hércules era de ya de 153 litros por metro cuadrado a las siete de la tarde. Mañana continuará la inestabilidad.