La circulación en Alfonso Molina se mantuvo un 12% por debajo de la de 2019 el año pasado

La circulación en Alfonso Molina se mantuvo un 12%  por debajo de la de 2019 el año pasado
Vehículos en Alfonso Molina en diciembre del año pasado | pedro puig

La recuperación de la movilidad es uno de los indicativos del regreso a la situación preexistente a la pandemia, que estuvo marcada por el confinamiento y las restricciones en los desplazamientos. También es, tradicionalmente, un indicativo de la recuperación de la actividad económica. Por eso resultan interesantes los datos de la Mesa de Movilidad municipal, que indican que la circulación en Alfonso Molina se ha reducido en un 12% en 2021 con respecto a 2019.

La AC-11 es el principal acceso a la ciudad, y por su calzada transitan a diario miles de vehículos, lo que explica, en parte, por qué es también una de las vías gallegas donde más accidentes se registran. Gran parte proceden del área metropolitana, sobre todo de Oleiros. En ninguno de los meses de 2019 la Intensidad Media Diaria (IMD) llegó a a bajar de 51.000 vehículos. Los técnicos de Movilidad toman como referente el tramo de Alfonso Molina que discurre frente a los juzgados para conocer este dato. En febrero de 2020 el promedio era de 52.000, justo antes de la declaración del estado de alarma y del “Gran Confinamiento” para luego caer a los 12.000.

Durante el año pasado, el concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, había constatado en sus intervenciones públicas que la circulación no había dejado de crecer en 2021, y así había sido. Si el año pasado comenzó con un 28% menos de vehículos en enero (37.201) y un 32% menos en febrero (36.347) a partir de entonces fue recuperándose con altibajos, hasta que en noviembre, la variación con respecto a 2019 era tan solo de un 1%: de 54.716 a 53.903.

Pero la sexta ola vino a echar por tierr a la recuperación de la movilidad. El ascenso pronunciado de la propagación de la variedad omicron obligó a la Consellería de Sanidade a actuar imponiendo nuevas restricciones tanto a la hostelería y a los no convivientes, dos factores que explican sin duda porqué el mes pasado la IMD fue de 48.751, un 12% menos que en el mismo mes de 2019.



En el casco urbano


Este descenso en el número de vehículos que entran y salen diariamente de la ciudad debía verse reflejado de igual manera en el casco urbano coruñés. Desde la Mesa de Movilidad se manejan datos que apuntan a un descenso, efectivamente, pero desigual: mientras que en las vías en las que se puede circular a 50 kilómetros por hora (las rondas, el Paseo Marítimo, etc) el IMD cayó un 2,71%, en las calles interiores, donde solo se puede circular a 30 kilómetros por hora, la IMD se mantuvo inalterable 0,04%, quizá porque el tráfico que discurre por esas calles es vecinal, así que no se ve tan afectado por las variaciones.

Además de la pandemia, otros factores pueden haber influido en el descenso de la circulación. Por ejemplo, el fomento del transporte público, con el bus metropolitano a la cabeza. La Xunta ha potenciado este servicio en los últimos años, pero también se han visto afectados por la reducción en el aforo de la pandemia, como el resto del transporte público.

A medio y largo plazo, el Ayuntamiento espera conseguir que se reduzca el número de vehículos que entran a diario en la ciudad. No solo por el problema que supone la congestión en las calles, sino también por motivos medioambientales. Entre los objetos que debe cumplir la Mesa de Movilidad se incluye una zona de bajas emisiones de CO2 en el centro de la ciudad, donde se podría restringir el tráfico de considerarse necesario. 

La circulación en Alfonso Molina se mantuvo un 12% por debajo de la de 2019 el año pasado

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