Casi ocho horas al filo de la muerte en el centro de la ciudad

Casi ocho horas al filo de la muerte en el centro de la ciudad
Un agente de la Policía Nacional durante una actuación en un altercado en una céntrica calle coruñesa | javier alborés

La forma ideal de resolver los problemas es hablando, pero en contadas ocasiones los negociadores de la Policía Nacional intervienen en A Coruña, dado que solo las situaciones más críticas, las que son cuestión de vida o muerte, requieren su presencia. La última vez ocurrió a las nueve de la noche del 23 de septiembre, en el edificio de una céntrica plaza de la ciudad: una mujer, desde la ventana de su piso, amenazaba con autolesionarse cortándose en el cuello con un cuchillo. Fueron los vecinos los que alertaron a las autoridades de lo que estaba ocurriendo. Poco después, apareció el primer coche patrulla, que llamó a la puerta de la mujer, pero esta se negó a franquearles la entrada de su domicilio. 


La situación era grave. Desde la Jefatura Superior del a Policía Nacional explican que la mujer, de mediana edad, parecía encontrarse fuera de sí, y era difícil entenderla. Mientras gritaba incoherencias, se atrincheraba  en su casa amontonando tras la puerta muebles y objetos, a fin de bloquear el acceso, y amenazando con cortarse el cuello, si alguien conseguía entrar. En un principio continúa gritando por las ventanas, pero termina por también cerrar todas las persianas exteriores.
 

Dado que el incidente se prolonga en el tiempo, y esta persona pudiera poner en peligro su vida o integridad física, se activa el protocolo de incidentes críticos, requiriendo el apoyo de un negociador policial, así como del Grupo de operaciones especiales (GOES-Galicia), y también de unidades medicalizadas del 061 y bomberos. Afortunadamente, el negociador se encontraba cerca. Se trataba del inspector de la Policía Judicial Carlos Temprano, que ya había actuado en situaciones semejantes, como la que tuvo lugar la ronda de Nelle, en abril de 2021, donde evitó que un hombre saltara por la ventana tras haber tratado de matar a su expareja y  varios familiares de ella. Pero esta vez la negociación fue mucho más larga: 8 horas de tensión, en los que la mujer se colocaba el cuchillo al cuello por momentos y amenazaba con cortárselo. 
 

Temprano mantuvo un contacto alternativamente con esta mujer, bien por la ventana del patio de luces, bien hablando a través de la puerta del domicilio, así como telefónicamente. Finalmente, sobre las cinco de la madrugada, la mujer desistió: entregó el cuchillo a la policía y permitió que la asistieran los servicios médicos presentes, que la trasladaron al centro hospitalario

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