Vanesa Fandiño no puede evitar emocionarse al hablar de Juan Rivas. Él nació sordo y fue perdiendo capacidad visual con el paso de los años. Poco a poco, se fue aislando cada vez más del mundo exterior, una situación, por desgracia, cotidiana para las personas con esta discapacidad. Pero su esfuerzo y ganas lo han convertido en un “referente en Galicia”. “Emociona ver como estaba e ver agora a súa vida”, asegura Fandiño, su mediadora, en un acto en la ONCE con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Personas Sordociegas, que se celebra este 27 de junio.
“Cuando nací no podía hablar y me comunicaba en lengua de signos. Pero las dificultades visuales cada vez eran mayores y me fui a Barcelona a operarme de cataratas”, cuenta Juan. Lo hace a través de la manos de Vanesa en lengua de signos apoyada.
Juan tenía 24 años cuando empezó su pérdida visual. La ONCE le dio trabajo como vendedor de cupones, pero cada vez veía menos. Se jubiló a los 44 porque ya había perdido toda la vista.
Entonces el mundo se llenó de obstáculos, más de los que ya tenía. Desde la comunicación al ocio, la cultura o la movilidad, las personas con sordoceguera tienen que superar barreras todos los días. Por eso, la llegada de una mediadora a su vida le abrió las puertas de vuelta al mundo.
A través de las manos de Vanesa, Juan puede escuchar mientras ella le pone voz a lo que él habla en lengua de signos. “En el servicio de ocio necesité mucho su apoyo para poder comunicarme con las personas y participar en las comidas o fiestas”, explica Juan, quien le pone “un once” de nota a su mediadora.
Vanesa Fandiño es mediadora desde 2007, año en el que su profesión todavía no existía. “A nosa labor é trasladar esa comunicación adaptada para que non nos necesiten e poidan desenvolverse da forma máis autónoma posible”, explica.
Además de a Juan, acompaña actualmente a ocho personas, desde adultos a niños. “Os entornos son cambiantes. Coa tecnoloxía é outro nivel, pero se non a hai é preciso dar a coñecer toda esa información”, asegura.
“Si no tuviéramos a gente como Vanessa, con esta vocación de servicio y esa pasión... Estamos en continua deuda con ella”, aseguraba en el mismo acto Carlos Fernández, presidente del Consejo Territorial de la ONCE en Galicia.
Juan también puede comunicarse de otras formas. El braille, escribir en la palma de la mano o los dispositivos tecnológicos adaptados son algunas de las alternativas. “También tengo otros recursos como las tarjetas de comunicación, que se ven pero yo los puedo leer en braille. Si me pierdo, puedo mostrar esa tarjeta para que me ayuden. O cuando voy al bar y pido un zumo, le muestro esa tarjeta y luego me escribe el precio en mi mano”, explica el usuario de la ONCE.
También puede hacer uso de aplicaciones del propio teléfono: “Me puedo comunicar a través del WhastApp y comprender el entorno a través de la lectura. Y leo la prensa o miro el tiempo”.
“La IA también nos ayudará”, avanzó Manuel Martínez Pan, delegado territorial de la ONCE, en un acto que también contó con la delegada de la Xunta, Belén do Campo. La representante reafirmó el apoyo del Gobierno gallego a la entidad y aplaudió la labor que realizan los nueve mediadores que atienden a 40 personas sordociegas en Galicia.