El cambio de vida José Manuel Paz con su perro guía: “Estaba encerrado en mí y no quería salir de casa”

La llegada primero de Heroi y después de Unami transformaron el día a día de este usuario de la ONCE en A Coruña, que recuerda que no se les debe acariciar ni incluso hablar de lejos mientras están trabajando
El cambio de vida José Manuel Paz con su perro guía: “Estaba encerrado en mí y no quería salir de casa”
José Manuel Paz y Unami, a las puertas de la ONCE A Coruña | Patricia G. Fraga

Cuando José Manuel Paz solicitó un perro guía “estaba destruido interiormente”. “Eso de tener que salir con bastón no me gustaba nada. Me encerraba en mí y en mi casa y no quería salir”, recuerda este usuario de la ONCE A Coruña, a quien le cambió la vida la llegada de un perro guía. “Ahora a las siete de la mañana ya salgo. Me sirve de apoyo, me guía, me protege… Y me da mucha vida”, asegura. Lo hace, por supuesto, acompañado de Unami, la perra guía que lo lleva a todos lados y que ya lo salvó varias veces de fatales caídas. Con motivo del día mundial de este animal, que se celebró esta semana, recuerda la importancia de no acercarse a acariciarles sin permiso ni hablarles cuando están trabajando porque “se pueden distraer”. 


La ceguera de Paz no es de nacimiento.  “Fue a consecuencia de un tratamiento médico. Yo tenía problemas de corazón y en una revisión me dieron medicamentos muy fuertes. Al poco tiempo me empezaron a romper venas por todo el cuerpo, hasta que llegó a la vista”, cuenta.

 

Heroi y Unami, su salvación

Paz no se adaptaba bien al bastón, así que decidió solicitar un perro guía. No fue hasta cuatro años y medio más tarde cuando llegó Heroi, el que fue su salvación en un momento muy difícil. Se adaptaron muy fácilmente el uno al otro y su rutina cambió radicalmente. Años más tarde moriría en sus brazos a consecuencia de un cáncer. 

 


“Después vino otro, pero fue muy poco tiempo. Era un ministro que no quería trabajar y me llegó a tirar por las escaleras dos o tres veces”, cuenta Paz, que recuperó su autonomía con la llegada de Unami

 

Un día a día muy diferente

Una de las cosas que más le sorprendió a él de los perros guía fue lo rápido que aprendían las órdenes. “Pueden retener hasta 500 palabras. La primera vez que íbamos a una cafetería le dije ‘estamos en el París’. Y él ya se queda con eso. Y desde donde vivo, en Los Castros, si le digo ‘vamos a la ONCE’ y nada más, me baja por la Avenida del Ejército. Pero si le indico que vamos por Cuatro Caminos, me lleva por allí”, explica. 

 

A José Manuel Paz sus perros guía también lo han salvado de golpes que no habría evitado con un bastón. “Una vez teníamos enfrente un andamio y, en vez de ir por debajo, bordeó la acera. Resulta que había una barra atravesada. Ellos te calculan la altura y si ven un obstáculo que te pueda dar en la cabeza, ya no entran”, explica.

 

 

Barreras

Pese a que la ciudad es cada vez más accesible en opinión de Paz, todavía persisten problemas en el día a día. Uno de los más comunes y que él vivió en sus propias carnes es que no le dejen acceder con el animal a locales de restauración. “Eso no pueden prohibirlo. Unami es yo. Si son perros normales, me parece muy bien que no los dejen entrar, pero este no te va a molestar”, explica el usuario de la ONCE A Coruña. 


Más allá de la ayuda que le aporta en el día a día, Unami en casa es un perro más. Aunque Paz reconoce que echa mucho de menos a Heroi, el vínculo que tiene con su sucesora también es muy grande. “Es muy buena y cariñosa”, asegura este usuario, a quien hasta se le ha olvidado dónde tiene el bastón en casa. 

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